Trascendió, semanas atrás, un audio en el cual Bruno Barrionuevo,  presidente de la sociedad de fomento de Ingeniero Maschwitz (Escobar), explicaba por qué una integrante que participaba sistemáticamente de la sociedad de fomento, no podía ser parte de su comisión directiva por su elección sexual. Barrionuevo argumentaba que a pesar de la contribución de la joven en la organización, no corresponde su participación por ser lesbiana y por los supuestos espectáculos que realiza.

 

Este caso ilustra la discriminación y la violencia que sufre la diversidad sexual de manera cotidiana, cuyo extremo son los travesticidios y los crímenes de odio. Una violencia que se encuentra instigada desde el Estado: días antes, Patricia Bullrich, ministra de seguridad nacional, presentó un “protocolo de detención para personas LGBT” que naturaliza y otorga un canal de “legalidad” a la persecución constante de las fuerzas represivas a la población LGBTI. Las Marchas del Orgullo de todo el país rechazaron fuertemente aquel protocolo represivo.

 

No podemos permitir que personajes como Barrionuevo dirijan nuestros espacios. Debemos realizar una asamblea abierta de vecinos y socios que pueda definir a una nueva comisión directiva, y establezca un funcionamiento en asambleas de manera regular, convirtiendo la sociedad de fomento en un espacio cultural y artístico abierto a los vecinos y trabajadores del distrito.