LGBTI

3/4/2019

En 2018 hubo 147 crímenes de odio y la mitad fueron cometidos por policías

Agrupación 1969

Los crímenes de odio contra la comunidad LGBT+ se incrementaron un 50% en un año, según el informe anual realizado por la Defensoría Del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.


En 2018, ocurrieron 147 crímenes de odio. En el 64% de los casos, las víctimas fueron mujeres trans y travestis. En segundo lugar, los varones gays sufrieron el 28% de los ataques; las lesbianas, el 7% y, por último, los varones trans, el 1%.


El 46% de los casos corresponden a asesinatos, suicidios y muertes por ausencia y/o abandono estatal. El 54% corresponde a lesiones y violencia física que no terminó en muerte. Los datos recabados, sin embargo, no son completos, pues la estadística recoge los datos surgidos de los medios de comunicación. Es de prever, por lo tanto, que son muchos más.


Dos datos surgen con fuerza de este informe.


El informe señala que “las fuerzas de seguridad argentinas y los servicios penitenciarios manifiestan particular saña y odio contra la comunidad de mujeres trans. El 48% de los autorxs de violaciones de derechos humanos a personas trans son funcionarios de Estado (fuerzas policiales y servicio penitenciario)”. Esto responde al hecho de que las fuerzas de seguridad Argentina y los servicios penitenciarios reproducen un odio sistemático a la comunidad LGBT+. El protocolo represivo de Bullrich para la detención a personas LGBT+, instaurado luego de la detención a Mariana Gómez en Constitución por besarse con su pareja, no ha modificado un ápice esta realidad, como no podía ser de otra manera.


El otro dato es que la provincia de Salta, que reúne poco más de un tercio de la población de la Ciudad de Buenos Aires, concentra con 67 víctimas casi la mitad de los crímenes de odio relevados en todo el país.


No es nada casual que se trata de una de las provincias más sometidas a la influencia del clero y a su prédica contra de las diversidades sexuales. Desde el actual gobernador, Juan Manuel Urtubey, alzado por el kirchnerismo, hasta el inefable Alfredo Olmedo, los políticos patronales de la provincia han hecho del sostenimiento del clero una auténtica profesión de fe.


Hacemos denuncia sobre el Estado, con su política de represión y oscurantismo, que somete a condiciones de vida extrema a las mujeres travesti trans, empujadas a la marginalidad; a su alianza política con la Iglesia, que ejerce veto sobre la legalización del aborto a pesar del clamor de millones de mujeres; a un aparato represivo repodrido, heredero de la dictadura militar, metido hasta la médula en el delito organizado y el espionaje político, y que es utilizado para enfrentar las demandas de los trabajadores.


La Agrupación 1969, llama a organizar un movimiento LGBT+ independiente del Estado, las iglesias y los gobiernos patronales, principales enemigos de nuestros derechos y principales responsables del ajuste brutal a la clase obrera. No negociamos, ni mucho menos brindamos nuestro voto a quienes quieren unir a los pañuelos verdes con los celestes, enemigos de nuestros derechos, y continúen pagando la deuda fraudulenta y usuraria del FMI.


Frente al abandono, la marginalidad y vulnerabilidad a las que el Estado somete al colectivo LGBT+, a las mujeres y a la clase obrera, planteamos: aborto legal, separación de la Iglesia del Estado, cupo laboral travesti trans.