LGBTI

14/6/2019

Fallo histórico por el crimen de odio de Marcela Chocobar

Condena a prisión perpetua por transfemicidio

Partido Obrero Río Gallegos

La Cámara Oral Penal de Río Gallegos condenó a prisión perpetua a Oscar Biott, autor material del crimen de Marcela Chocobar, quien fue asesinada y descuartizada en 2015 en la capital santacruceña (su cuerpo nunca fue hallado). El histórico fallo, que reconoce el caso como un crimen de odio (llegó a juicio como “homicidio simple” pero en el transcurso del mismo se produjo el cambio de carátula), es el resultado de la intensa movilización y lucha de los familiares de Marcela y la comunidad LGBTI. Y se produce a casi un año de otro fallo histórico, el que logró la condena por travesticidio del asesino de la activista Diana Sacayán.


Marcela Chocobar es un caso ejemplar por partida doble: por un lado, un ejemplo de la opresión que padece la comunidad LGBTI en general y trans en particular, a la que se la excluye de la educación, de la salud, del trabajo, y se la discrimina. Una opresión que tiene como su más siniestra expresión los crímenes de odio y la expectativa de vida de 35 años. Por otro lado, es un ejemplo de organización y lucha, en primer lugar, de las hermanas que lucharon incansablemente durante estos casi 4 años, y en segundo lugar de la comunidad LGBTI y las agrupaciones de mujeres de Río Gallegos y todo Santa Cruz que acompañaron cada paso de la lucha de la familia.


Marcela fue brutalmente asesinada por ser una mujer trans, y durante estos años el Estado, la Justicia y la policía de Santa Cruz han intentado encubrir a sus asesinos y entorpecer la investigación. Inclusive, la funcionaria K Alba Chiguay, corrió a la familia y organizaciones de izquierda de la marcha del orgullo de 2015, a semanas de la desaparición de Marcela.


La organización independiente del movimiento de justicia fue un requisito imprescindible para esta enorme victoria, que ya es un antecedente histórico para la comunidad LGBTI de todo el país. La lucha, que partió de denunciar la connivencia del Estado y sus fuerzas en la discriminación de la comunidad trans, que las empuja a la prostitución y deja en posición de extrema vulnerabilidad, fue consiguiendo apoyo de diversos sectores: sindicatos, organizaciones de mujeres, centros de estudiantes, referentes LGBTI del país, asi como una vigilia artística organizada por el Frente de Artistas que reunió a músicxs y teatreras de la ciudad el miércoles.


La lucha continúa


El resto de los imputados en este juicio tuvieron condenas menores a las de Biott. A Ángel Azzollini, cómplice de este último, le dieron 6 años, que con buena conducta y su prisión preventiva podrían volverse meses, mientras que a Adrián Fiorimontti, otro implicado, lo absolvieron por falta de pruebas (familiares de Marcela lo han denunciado por amenazas en pleno centro y señalan que trató de influir en la causa).


Pero el caso de Marcela no termina con este fallo. Carlos Muriete, el abogado de las hermanas Chocobar, señaló que “en esta sentencia se decide seguir investigando, el caso Marcela Chocobar no está cerrado” (Tiempo Sur, 13/6). Parte de las cuestiones que quedan pendientes incluyen el hallazgo del cuerpo.


A poco de cumplirse los 50 años de la redada a Stonewall, el movimiento LGBTI ganó una batalla que sin duda será un impulso para continuar la lucha por la visibilización y los derechos trans, y para conquistar todas las reivindicaciones, como el cupo laboral para transexuales.


Marcela Chocobar, presente, ahora y siempre.