LGBTI
13/10/2017
La diversidad sexual frente a las elecciones
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Las leyes de matrimonio igualitario e identidad de género que fueron conquistadas, luego de una fuerte lucha contra la reacción clerical, no significaron una transformación de la vida material y cotidiana de la mayoría de las personas LGBTI. El ajuste de Macri y los gobernadores agrava nuestra situación como la del conjunto de la clase trabajadora. A las condiciones de vida del conjunto de la clase social que trabaja - precarización, hambre y represión- se le suman
las circunstancias particulares que vive la diversidad: discriminación, violencia y marginación.
Los travesticidios y los crímenes de odio son noticia cotidiana y la impunidad es garantizada por el Estado como en el caso de Higui, que pudo defenderse pero sus agresores siguen libres. Casos como Laura Moyano en Córdoba, Pamela Moreno en Santiago del Estero y de Marcela Chocobar en Santa Cruz muestran esta situación que se repite.
Las grandes organizaciones de la diversidad que se autodenominan la conducción cada año en la marcha del Orgullo han mostrado su total adaptación y cooptación al Estado. ATTTA (asociación de travestis, transexuales y transgénero de Argentina) ha acordado con Rodríguez Larreta la creación de una Casa Trans en la ciudad que no representa un impulso a la lucha por los derechos elementales, sino una integración de una burocracia trans con el Estado.
Las personas LGBTI sufrimos los crímenes de odio, el callejón sin salida de la prostitución para trans y travestis y la expectativa de vida de 35 años. A ello se suma el ajuste y la represión, que incluye sancionar expresiones de libertad como ha sido la detención que sufrió Mariana por parte de la policía de la Ciudad, por besar a su compañera y esposa, Rocío. Otro recurso de desiciplinamiento es el alineamiento con el Vaticano y el peso de su influencia oscurantista en la educación y la salud. Las declaraciones recientes de Monseñor Aguer dan cuenta de ello.
La lucha por la libertad para Higui mostró un método para encarar la lucha: el frente único con independencia del poder político que nos permitió conquistar su libertad. Nuestra lucha a su vez debe tener una expresión política, con un programa de transformación social de fondo. El Frente de Izquierda postula los reclamos de la diversidad sexual de modo incondicional y es el único bloque político que no se subordina al clero y los gobernadores del ajuste. Por educación sexual laica y científica, por la inclusión laboral trans, por la implementación del plan de salud trans, por el cese de la persecución y la violencia. Las personas LGBTI que vivimos de nuestro trabajo tenemos en el Frente de Izquierda una herramienta para luchar por todos nuestros reclamos.