LGBTI

7/5/2020

La situación de las personas travesti-trans y no binaries en las cárceles

Aumenta la represión y empeoran sus condiciones

En el marco de las polémicas que han surgido por las excarcelaciones y las prisiones domiciliarias es importante resaltar que la mayoría de las personas travesti-trans detenidas al igual que las mujeres cis se encuentra en prisión por delitos menores y sin condena firme. Esto se debe a que su situación de marginalidad social les lleva a transportar drogas como “mulas” en beneficio de otros y a ejercer la prostitución para evitar el hambre. En los casos de delitos violentos como homicidios la historia se repite: actuaron en legítima defensa frente a una violación correctiva, un ataque que puso en riesgo su vida en la calle o en el marco de la violencia doméstica. 

 

En el pabellón de personas LGTB+ del complejo penitenciario federal de Ezeiza se viene denunciando la comida en mal estado y la falta de insumos para sustentar la cuarentena y los cuidados de higiene personal, como por ejemplo, lavandina y jabón blanco, además de sufrir violaciones y discriminación por parte de los guardias. Estas personas padecen el hacinamiento carcelario cotidiano y la falta de acceso a la salud que es una bomba de tiempo frente a la pandemia.

 

Otro dato importante a tener en cuenta es la no implementación de la Ley de Identidad de Género, que coloca al colectivo en una situación de mayor vulnerabilidad que el resto de la población carcelaria. En la mayoría de los casos, a las personas travesti-trans y no binaries desde el primer día de juicio y hasta el último día de detención se las trata por su género al nacer. En caso de terminar en pabellones de varones sufren de violencia sexual cotidianamente y sus vidas corren peligro frente al transodio. De hecho no existe un registro exacto sobre la cantidad de personas travesti-trans y no binaries en unidades penitenciarias ya que el Estado no da cuenta de elles al no contemplar su identidad de género.

 

Con el agravamiento de la crisis en nuestro país se continúa profundizando la criminalización, la pobreza y la vulnerabilidad en la que vivimos como personas excluidas y violentadas por el Estado. Ocurre que si algo ha puesto de manifiesto la pandemia es el lugar que ocupamos como diversidades sexuales y de género bajo el sistema capitalista. La falta de acceso a una vivienda, al trabajo, a la educación y la salud se hacen presentes y empeoran día a día con el nuevo Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad desoyendo nuestros reclamos.

 

Según el informe que ha publicado Correpi desde el inicio de la cuarentena hasta el 30 de abril hubo 42 femicidios y se registraron 11 travesticidios y transfemicidios. A su vez, han aparecido casos a lo largo y ancho del país donde el aparato represivo ha utilizado las prerrogativas excepcionales dadas por los gobiernos en el marco de la cuarentena para desplegar todo su odio y disciplinamiento social contra el colectivo. 

 

Se han multiplicado según este informe las denuncias de compañeras trans en distintas provincias que han sido víctimas de la violencia represiva estatal más repudiable. Algunas de ellas han sido detenidas, hostigadas e incluso abusadas sexualmente por miembros de las fuerzas de seguridad mientras de dirigían, por ejemplo, a realizar compras de alimentos desde sus viviendas. Esto ocurre en el marco de una realidad donde la comunidad travesti trans subsiste en viviendas precarias y es empujada mayormente a ejercer la prostitución como único medio de vida y, por lo tanto, se convierte en un blanco fácil para las redadas callejeras donde se las criminaliza bajo el argumento de que están en la calle rompiendo la cuarentena para prostituirse. Hoy más que nunca, exigimos al Estado el cupo laboral travesti-trans desde el 2015 con la compañera Diana Sacayán como pionera.

 

Por una salida de les trabajadores ante la crisis 

 

Frente al agravamiento del hambre en medio de la pandemia, la falta de trabajo genuino y la situación crítica del sistema de salud debemos poner en pie un plan de acción junto a la clase obrera para arrancarle al Estado el Cupo Laboral Travesti Trans y la real implementación y financiamiento de la Ley de Identidad de género junto a la realización de los tratamientos hormonales en los hospitales públicos. Luchemos por estas y todas nuestras reivindicaciones de manera independiente contra los gobiernos de turno para que la crisis la paguen los capitalistas.