Desde la Agrupación Lgbti+ 1969 y Apel (Agrupación de Profesionales en Lucha) realizamos el domingo 2 de agosto un Facebook Live titulado “La criminalización a las diversidades sexuales y de género”. La charla contó con más de 160 participantes de todo el país, se recorrieron aspectos históricos y actuales sobre la criminalización y persecución a las diversidades sexuales y de género, se hizo hincapié en el rol del aparato represivo estatal y las Iglesias en la época de las dictaduras militares del 1966 y 1976 y cómo, al día de hoy, ello continúa expresándose.

En la charla moderada por la compañera Pía Garralda (abogada de Apel), intervinieron Rodrigo Reynal, profesor y divulgador de Historia, Cristián Prieto, autor de “Fichados” y activista Lgbti+ y Mayra Francica, dirigente de la Agrupación Lgbti+ 1969.

En todas las intervenciones se reivindicaron les más de 400 compañeres desaparecides y asesinades por razones de orientación sexual e identidad de género. Este número es estimativo, ya que la Conadep se negó a incorporar esa información al Nunca Más, como así también la Iglesia interfirió en los datos divulgados de les detenides por la presión del ala católica derechista de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos que se conformó con la vuelta de la democracia, para ocultar a las identidades y sexualidades Lgbt+.

Se denunció además la vigencia de códigos contravencionales que, hasta el día de hoy persiguen a las personas Lgbti, mientras algunos otros han sido derogados hace muy pocos años. Se resaltó a las organizaciones pioneras que denunciaban las violencias a las diversidades sexuales y de género: como el FLH y Nuestro Mundo, donde en ese contexto, las diversidades sexuales y de género, eran acusadas de ser “amorales” y disruptivas para la familia heterosexual que promovía el golpe, el Estado y las Iglesias, un concepto reforzado con el peronismo y su defensa por la “familia obrera” que hasta el día de hoy sigue reproduciendo.

Se destacó el caso de la sobreviviente Valeria Del Mar Ramírez, quien se encontraba en situación de prostitución cuando fue detenida y torturada en el centro clandestino de detención llamado Pozo de Banfield durante septiembre de 1977, debido a su identidad travesti. Su testimonio, que será un hecho histórico, ya que es el primero de una persona trans travesti víctima de las torturas durante el proceso militar 76/83, estará acompañado por la querella de Justicia Ya! La Plata, de la cual Apel forma parte.

Asimismo se puso en foco el accionar del Estado y en particular de la Justicia, que hoy condena a una pareja de lesbianas por besarse y empuja a las personas trans a terminar presas por estar sometidas a la prostitución o a ser “mulas” de droga.

Un ejemplo de la continuidad de las políticas represivas y de persecución es que la anterior ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, instaló un protocolo represivo para personas Lgbt+, que fue derogado este año. Nuestras condiciones de vida se han agravado, a pesar de que Buenos Aires ha sido declarada “Ciudad gay friendly” y de los derechos conquistados en el país.

La intervención de la Agrupación Lgbti+ 1969 hizo mucho énfasis en la lucha por la separación de las Iglesias del Estado, quienes atentan contra la ESI y patologizan nuestras identidades y sexualidades. La misma Iglesia, que fue cómplice de las desapariciones de personas de la dictadura. Las mismas Iglesias, que hoy, cajonean el aborto legal seguro y gratuito a través de la presión a diputades y senadores con el lobby clerical.

Se colocó la necesidad de la independencia política del movimiento Lgbt+ para no terminar detrás de espacios que refuerzan y continúan las alianzas con las Iglesias y las Fuerzas Armadas, ya que como está grabado en la historia, las Iglesias atentan contra nuestras identidades y sexualidades, alimentando la defensa de la “familia monogámica heterosexual” que necesita promover este sistema.

Al finalizar la charla, les oradores levantaron sus carteles preguntando: “¿Dónde está Facundo Castro?” y exigiendo su aparición con vida. Sigamos luchando en las calles junto a la clase obrera contra la impunidad de ayer y de hoy, exigiendo cárcel perpetua, común y efectiva a todos los genocidas y la apertura de todos los archivos de inteligencia, así como los archivos ocultos de las Iglesias. Fueron 30.400, fue genocidio.