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El acto del 24 de Marzo en Bahía Blanca estuvo precedido por un duro debate con las organizaciones convocantes, entre ellas la CTA dirigida por Enrique Gandolfo y otras organizaciones que participaron en la Capital Federal de la convocatoria de Memoria Verdad y Justicia -como Proyecto Sur y el PCR.

Estas organizaciones, con Gandolfo a la cabeza, rechazaron que la convocatoria al acto en nuestra ciudad se hiciera con la misma consigna de la marcha a Plaza de Mayo: “con impunidad y represión no hay derechos humanos”. Por el contrario, el documento que acordaron -y que el PO no firmó- no recoge la delimitación fundamental respecto del gobierno nacional, justo cuando el kirchnerismo ha montado un operativo para vaciar el 24 y colocarlo al servicio de la reelección. Incluso ensalza al parlamento y al propio gobierno al saludar “la decisión política de anular las leyes de obediencia debida y punto final” (textual). Esta derogación (no anulación) ha dado lugar a juicios tardíos, a cuentagotas, así como a la fragmentación de las causas, lo que forma parte de la política sostenida en el tiempo por éste y los anteriores gobiernos para preservar el aparato represivo. Así lo pusimos de manifiesto en la declaración, que repartimos los días previos y en el propio acto.

Tantos elogios a la Justicia y al gobierno -sólo atenuados ante el fuerte debate que dio el PO en las reuniones preparatorias- quedaron en “orsay” cuando fueron detenidos cuatro militantes del Partido horas antes del 24, justamente por pintar la consigna que nos movilizó en todo el país y por una denuncia de la intendencia kirchnerista. Una movilización, realizada el mismo día a la noche, liberó a nuestros compañeros, pero queda pendiente la lucha por la anulación de la causa penal que les iniciaron.

El PO bahiense y una delegación de jóvenes y trabajadores de Coronel Suárez protagonizamos una fuerte movilización, que por lejos fue la mayor columna organizada en el acto. Fue el resultado de una lucha política, llevada adelante con charlas y la distribución de la declaración en la que el Partido Obrero defendió la concepción de la jornada del 24 que en los últimos años se impuso en las marchas unitarias en Bahía y que la dirección de la CTA, Proyecto Sur y el PCR intentaron esterilizar, confluyendo con el planteo kirchnerista de “vamos por más”.