Neuquén

30 años después del Caso Carrasco, la muerte de un joven soldado en el mismo cuartel plagada de incógnitas

Investigación, juicio y castigo por Pablo Córdoba.

Marcha por Pablo Córdoba

El 1 de junio del corriente año, Pablo Córdoba un joven de 21 años de Zapala, fue encontrado con dos disparos en la cabeza mientras realizaba una guardia en el Grupo de Artillería 16. Murió en el hospital local, luego de unas horas de haber sido trasladado.

Pablo llevaba 10 meses como soldado voluntario en el mismo cuartel donde en 1994 fue asesinado Omar Carrasco, crimen encubierto por el ejército, la justicia federal y por el cual se le puso fin al servicio militar obligatorio en la Argentina para no ir a fondo con las responsabilidades. A casi 30 años, hay sospechas en torno a la muerte de un soldado y, una vez más, aparecen maniobras de encubrimiento y amenazas a la familia.

Desde el primer llamado a la familia, el Ejercito habló de suicidio, pero inmediatamente esta hipótesis fue descartada por la familia y el abogado Maximiliano Orpianessi que se constituyeron como querellantes en la causa, convencidos que se trata de un homicidio.

Sostienen que el joven no puede haberse disparado dos veces, una por debajo del mentón y otra en la sien, menos con un FAL (fusil automático liviano), que pesa al menos cuatro kilos, “estamos hablando de dos disparos de un arma de guerra, y no es que se arrancó una oreja, tiene orificio de entrada y salida en una zona vital. Nos están queriendo convencer de que pudo haberse disparado en una zona vital y que tuvo la entereza física para tomar el arma, posicionarla y volver a gatillarse en la cien”, señaló el abogado.

Una investigación lenta e irregular

A pesar de las promesas de obtener prontamente los resultados de la autopsia, pasaron 25 días para que reciban información oficial y fue muy poco precisa ya que la autopsia no revela de qué calibre son los orificios, si son o no del FAL. Tampoco específica a qué distancia se realizaron, solo se limita a decir que fue estrecha, no revela cuál de los dos disparos se realizó primero, qué daños produjeron, ni tampoco si Pablo tenía pólvora en sus manos.

El juzgado federal de Zapala, que interviene por competencia, está vacante. Lo subroga Hugo Greca desde General Roca que recién a 36 días del hecho, viajó por primera vez luego de los reclamos públicos de la familia y la masiva movilización por las calles de Zapala, reactivaron un expediente que estaba manejando a control remoto como si fuera un caso de suicidio.

Urge investigar

Las primeras declaraciones arrojan inconsistencias de quienes lo encuentran a Pablo respecto a la ubicación del fusil. Unos dicen que estaba encima (del cuerpo) y otros dicen que estaba a 90 centímetros de él, unos dicen que Pablo tenía el chaleco, otros no. Hay contradicciones entre la enfermera y el sargento. Esto llama muchísimo la atención a la querella. “Si este tipo de muerte hubiera sucedido en una vía pública, chacra o casa particular, se hablaría de homicidio”.

Además, en las últimas horas el abogado presentó un escrito en el que denuncia a Greca por no poseer objetividad necesaria para administrar. El juez dio a conocer a las autoridades del Ejército, por fuera del expediente, información sobre las líneas de investigación en curso y el avance de la investigación penal, además de mantener una comunicación “constante” con personal jerárquico del Ejército Argentino en Zapala. Esto es muy grave ya que aún no han sido tomadas las declaraciones testimoniales de gran parte del personal militar que se encontraba en la guardia ese día, teniendo tiempo el Ejército para manipular las declaraciones.

Junto a ello, la familia denuncia intimidaciones. El padre de Pablo, que también es soldado y vive en el regimiento, recibió visitas de altos mandos del regimiento en su casa.

Ante ese cuadro, las movilizaciones de la familia, amigos, y la comunidad de Zapala lograron evitar que el caso fuera archivado como el de tantos otros soldados muertos ‘accidentalmente’ en los cuarteles o que se “suicidaron”. Este jueves, la familia convoca a una nueva movilización en las puertas del ejército, exigiendo justicia por Pablo.

Desde el Partido Obrero nos haremos presentes y replicaremos la convocatoria, hay que profundizar la movilización política por el esclarecimiento de la de muerte de Pablo. ¡No queremos más Carrasco, ¡justicia por Pablo!

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