A 2.000 días de la prisión de Milagro Sala: silencio en la cúpula del Frente de Todos

Se realizan acampes exigiendo su libertad que recrudecen la interna del gobierno.

Este 8 de julio se cumplen 2 mil días de aquel 16 de enero de 2016 en que fue detenida la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala. El “Comité por la libertad de Milagro Sala” está llevando adelante un acampe en Plaza de Mayo exigiendo su libertad con un claro mensaje contra Alberto Fernández por guardar silencio frente a las arbitrariedades judiciales. El proceso judicial a lo largo de estos años ha sido un verdadero mamarracho mostrando la total conexión de la justicia con los gobiernos de turno. El gobernador Gerardo Morales ha tenido el control de la justicia provincial desde el minuto uno armando causas truchas como la de los “huevazos” que son un precedente peligrosísimo para las libertades democráticas de nuestro país. Al día de hoy se reforzó la condena a tres años de prisión –una semana antes de las elecciones jujeñas- por otra causa de amenazas también amañada por el TOF (Tribunal Oral Federal de Jujuy) compuesto por familiares de Morales.

De los acampes están participando, además de la desmantelada “Tupac Amaru”, el Movimiento Evita, Miles el partido de Luis D’Elía, el Frente Patria Grande de Juan Grabois y otras organizaciones sociales oficialistas más pequeñas. A su vez sumaron su apoyo la CTA de Hugo Yasky y Roberto Baradel, Pablo Moyano de Camioneros y otros sectores sindicales afines al gobierno nacional. Por su parte Fernando Esteche, exdirigente de Quebracho montó un acampe en París, frente a la Torre Eiffel.

Las acciones y acampes no contienen un apoyo popular a Milagro Sala. Por un lado es significativo que ninguna de las iniciativas se llevan adelante en Jujuy. El rechazo del pueblo jujeño a la dirigente de la Tupac Amaru se vio en las elecciones y a lo largo de estos años donde nunca hubo movilizaciones en favor de ella. Es brutal el rechazo a sus métodos por parte de miles de trabajadores jujeños que se han visto perseguidos y estafados por la organización de Milagro Sala. Por el otro por la impostura de quienes llevan adelante los reclamos. Es claro que el kirchnerismo tiene una doble vara para las libertades democráticas. Han callado frente a los avasallamientos de Insfrán en Formosa (la versión peronista de Morales), en la desaparición de Facundo Castro, del asesinato de los Qom y tantos otros hechos aberrantes.

Frente de ¿Todos?

La composición de quienes participan de la manifestación desnuda la crisis que atraviesa la coalición oficial frente a diversos temas de coyuntura y en particular en los judiciales. Es claro que quienes levantan la voz por la libertad de Milagro Sala son quienes menos poder concentran en la coalición y también quienes más preocupación tienen de su situación actual con la justicia. Son los casos de Luis D’Elia, Pablo Moyano y Fernando Esteche. La crítica a Alberto Fernández de estos sectores es porque desde su llegada a la Casa Rosada siempre ha tratado de mantenerse al margen de la intervenir en las causas de los presos políticos y principalmente de la dirigente social jujeña. A tal punto que fue a Jujuy para colaborar con el exilio de Evo Morales, pero no se dio tiempo a visitar a Milagro Sala.

Pero el revés hacia Milagro Sala no es solo de Alberto Fernández, sino de todas las cabezas del Frente de Todos. Lo de Sergio Massa es lógico, ya que forma parte del gobierno de Morales a través del vicegobernador Haquim, pero también por parte de Cristina y Máximo Kirchner. La Cámpora no ha pasado de reclamos testimoniales por parte de su militancia de base y ni siquiera participan de los acampes.

Las razones del silencio de estos tienen que ver con la necesidad de no abrir nuevas grietas con la justicia en medio de una renegociación de la deuda externa y tampoco “mancharse” frente a las elecciones que se avecinan.

¿Por qué es una presa política Milagro Sala?

La Tupac Amaru fue un símbolo del ciclo kirchnerista como salida a la crisis del 2001 funcionando como un “paraestado” en la Jujuy de Fellner. Con enormes recursos del Estado armó un entramado de contención social y precarización laboral que se mezcló con la corrupción y la persecución política a los trabajadores que rechazaban esta política.

La detención de Milagro Sala a principios de 2016 constituyó un paso clave en el viraje político que impulsó la clase capitalista como salida al agotamiento del kirchnerismo y avanzar en gobiernos de ofensiva más directa contra los trabajadores (Macri y Morales). La prisión de Milagro Sala fue el andamiaje en el cual se construyó el régimen de Gerardo Morales. El radical armó su gobierno y su relato a partir de Milagro Sala: compró a todo su aparato punteril y con su prisión se mostró como quien venía a terminar con la violencia en la provincia.

Cinco años después vemos cómo la persecución y la violencia continúan con Morales y la crisis social se agravó. La prisión de Milagro Sala se utiliza buscando un disciplinamiento social a quienes quieran salir a luchar contra el régimen de Morales que solo generó más miseria y hambre.

Exigir la libertad de Milagro Sala es un principio elemental de los luchadores y los trabajadores porque cualquier violación de los derechos democráticos es utilizado por el Estado capitalista para reforzar la represión contra el pueblo.