El asesinato de Mariano Ferreyra pone en claro hasta dónde puede llegar una política de explotación de la clase trabajadora.

A nadie escapa la existencia de verdaderas asociaciones ilícitas que se han apoderado de algunas organizaciones sindicales para utilizarlas al servicio de los negocios de dirigentes traidores y de una vil estrategia que ataca a la clase trabajadora. La destrucción de los ferrocarriles, su vaciamiento sistemático, la tercerización como elemento de la precarización laboral, el festival de subsidios a los amigos del gobierno, son parte de una política antiobrera que pretende eternizarse en e poder.

Hoy tenemos la obligación de confluir en el camino de la lucha para sentar las bases de un gran frente nacional encabezado por los trabajadores, capaz de enfrentar y derrotar esa política. Mariano Ferreyra muere al luchar por la dignidad de los trabajadores, a quienes, el gobierno no les garantiza estabilidad laboral, el mismo gobierno que, en un gesto de absoluta hipocresía les paga salarios en negro, les roba asignaciones familiares y los obliga a pagar un inaceptable impuesto al trabajo.

Justicia por Mariano Ferreyra. Unidad de todos los trabajadores.