Ante los peligros para su salud, Christiansen cesó la huelga de hambre

Tuvo que mediar la advertencia de los médicos de que su salud podría ‘Sufrir daños irreversibles”, para que Alcides Christiansen depusiera la huelga de hambre que mantuviera durante 18 días. La amenaza era tan seria, que una dirigente de la APDH respondió con un “por suerte que lo convencieron” a la inquisitoria de la prensa.


Alcides Christiansen y Horacio Panario se encuentran detenidos por su participación en la movilización de las organizaciones de desocupados, el pasado 2 de octubre, que reclamaba el pago del subsidio legal de 200 pesos. El prolongado encarcelamiento de Panario, así como su situación de aislamiento, se suman a la detención de Christiansen y a la orden de captura que rige para otros activistas del movimiento. El Estado patronal se ensaña con estos compañeros en un intento de marcar un límite al pujante movimiento de desocupados y de evitar su proyección nacional. La burguesía está acosada por el pánico ante la sola perspectiva de que la inmensa masa de desocupados pueda convertirse en una fuerza de movilización política.


La huelga de hambre de Christiansen sufrió un implacable silencio periodístico, exactamente por las mismas razones que explican la larga detención de los compañeros. Esta censura denuncia la mentira de que exista la libertad de prensa y desnuda la venalidad política del 99% de los periodistas de opinión.


Hace quince días, un Encuentro de Desocupados de Neuquén votó una “marcha del hambre” para el próximo 21 de junio, en cuyo programa reclama igualmente la libertad de Panario y Christiansen. Llamamos a incorporar esta exigencia en todas las movilizaciones que están previstas para la misma fecha en distintos lugares del país.