Basta de aprietes a los luchadores en Río Negro

Habla Gustavo Lagos, militante amenazado

UJS Comahue

Gustavo Lagos es militante de la agrupación Demo y realizaba tareas comunitarias en la toma 30 de Marzo junto con Atahualpa Martínez, recientemente asesinado. Unos días antes del asesinato de Atahualpa, Gustavo fue amenazado de muerte por tres individuos no identificados. El hecho ocurrió a plena luz del día y a punta de pistola en Viedma, capital de Río Negro. Dialogamos con Gustavo sobre esto.

– ¿Qué tareas desarrollan en la toma?

– La agrupación Demo, junto con otros estudiantes, desarrollamos tareas dentro de la toma 30 de Marzo. Organizamos junto a los vecinos la articulación de políticas de acción y movilización. Los vecinos de la toma están organizados en comisiones. No poseen ni luz ni servicios. Funciona un merendero y una comisión de construcción de casillas.

Dentro de la toma han amenazado a 10 de los 12 delegados. Han ido a buscar a tres delegados en autos sin patentes y no los han encontrado

– ¿Cómo fue la amenaza que te hicieron?

– A mí me amenazaron el 11 de mayo. El 8 tomamos el Concejo Deliberante con los vecinos de la toma por 3 horas rodeados por el Bora (policía antimotines provincial). El 11, cuando me dirigía a la toma a ver un video sobre construcción de casillas, paró un Fiat Palio nuevo, sin patente. Se bajó un sujeto bastante fornido, de alrededor de 40 años. Cuando se me acercó me dijo todos mis datos personales y los de mi hijo, los datos sobre mi militancia en Villa del Carmen, Nehuén y la toma 30 de Marzo. Me plantearon que estaba haciendo quilombo en Villa del Carmen, que andaba amotinando a los de Nehuén y que estaba enquilombando a los del 30.

Ante mi pregunta de quién era él se bajan los otros dos y este sujeto me dice “acá las preguntas las hago yo, te vimos en el Concejo”. Se acerca y mostrándome un arma junto con los otros dos me dicen “dejate de joder, borrate de acá en una semana porque te vamos a hacer cagar, te vamos a matar”. En ningún momento perdieron la calma, lo cual denota cierto grado de profesionalismo.

La pregunta que nos hacemos con los vecinos es qué intereses estamos tocando para que obren así. No entendemos si fue por el hecho de haber tomado esos terrenos o por el miedo que tiene el poder a que otros sectores de Viedma tomen el ejemplo de las tomas de tierra, e intentan reprimirlas por medio de las amenazas y la violencia.

-¿Qué nos podés decir del crimen de Atahualpa?

-Era un chico de 19 años que realizaba tareas comunitarias en el barrio. Ayudaba a familiares que tenía en la toma a construir su vivienda y a los vecinos. Fue el que más acompañó a Sandoval, uno de los delegados de la toma amenazados.

Cuando los vecinos se enteraron de su muerte fue una gran conmoción. El mismo fin de semana que lo mataron, hubo un temporal muy fuerte. Ese mismo día habían muerto calcinados dos chicos en la toma por motivos evitables, lo cual tiene responsables políticos.

– ¿Qué conclusión sacás de todo esto?

-Lo positivo fue poder construir un centro comunitario con el nombre de Atahualpa y la gran adhesión por parte de la gente de Viedma en la marcha por justicia para el compañero.