Carta de José Barraza a la Unión de Trabajadores Desocupados de Uruguay

Salta, 8 de agosto de 2001


A los compañeros de la Unión de Trabajadores Desocupados de Uruguay, Coordinadora de Montevideo:


Quería expresarles el agradecimiento por la solidaridad expresada ante mi detención y la de mis compañeros. Debo decirles que nos alegró mucho leer sobre la realización del congreso donde decidieron crear una organización de desocupados a nivel nacional. La palabra piquetero ha sido bastardeada por sectores afines a nuestros gobiernos (nacional y provinciales) pero nosotros la vamos a levantar a lo más alto, al nuevo sujeto social de los oprimidos. En la TV de nuestro país titularon “piqueteros de exportación” cuando se informó de un corte de ruta en Colombia realizado por los campesinos.


Estoy seguro de que la perspectiva de la clase obrera está fuertemente ligada a los piqueteros. No sólo en nuestro país. Por ello, acciones como las de los campesinos colombianos y bolivianos, las nuestras y las que podamos coordinar con ustedes y los compañeros del MST de Brasil van a ser fundamentales en nuestro futuro cercano. Al menos en el intercambio de experiencias como primer paso para luego impulsar acciones directas donde el piquetero será el protagonista principal. Los cortes de ruta desplazan las formas tradicionales de protesta, porque las huelgas tradicionales, las que impulsan las burocracias sindicales, ya no son efectivas, esto porque los sindicatos mayoritariamente ya no juegan un rol comprometido con los intereses de los trabajadores. Es más, en nuestro país muchos sindicalistas devinieron empresarios luego del proceso de privatización de empresas estatales. Las huelgas de la burocracia tienen el doble sentido de mostrar una acción de los burócratas para justificar su cargo, por un lado, y al promoverlas aisladamente, al desgaste y el descreimiento de las bases, por otro lado. Hoy estas maniobras están siendo superadas por las acciones de los piqueteros. Esto se ve en los piquetazos que se están realizando en nuestro país de manera coordinada, con 300 cortes simultáneos en todo el territorio. Surgido de un Congreso Nacional de piqueteros, a partir de un plan de lucha decidido en el mismo.


En los cortes de ruta ya se ven mezclados desocupados y ocupados que llevan a los respectivos gremios a participar de las acciones directas, como docentes, profesionales médicos, aeronavegantes, mostrando su adhesión al método impulsado por los piqueteros.


Yo pertenezco a la Coordinadora de trabajadores desocupados de Tartagal, una ciudad que es cabecera del Departamento de San Martín, uno de los 23 departamentos de la provincia de Salta. En esta región se encuentra General Mosconi, el lugar más caro a los sentimientos de los piqueteros.


En Mosconi está la UTD, pionera de la organización de los desocupados. Sus dirigentes principales son “Pepino” Fernández y “Piquete” Ruiz; ellos siempre dijeron que la clave para que nos den respuesta a nuestros reclamos es afectar la producción de las petroleras. Nuestra zona tiene el contraste de la enorme riqueza en petróleo y gas que se llevan los pulpos internacionales (petroleras privadas) y la enorme pobreza, la miseria y la desocupación. Así comenzamos a actuar, afectando la producción, y conseguimos arrancar algunas concesiones. Sin embargo, en el programa de 21 puntos de la Coordinadora Departamental de Trabajadores Desocupados, que se conforma con las organizaciones de desocupados de toda la región norte de Salta, tenemos como objetivo estratégico la reestatización de los recursos petrolíferos y gasíferos, única salida para los oprimidos.


Compañeros, seguramente cuando recupere la libertad podremos intercambiar correspondencia periódicamente. Tengo una cuenta de correo electrónico pero acá no puedo acceder a la misma. Trataré de conseguir una dirección de e-mail de alguno de los compañeros acá en Salta, donde puedan escribirme.


Les envío un fraternal abrazo, al que se suman mis compañeros César Raineri y Carlos Gil, también detenidos acá en el Penal de Villa Las Rosas, Salta, Capital.