Libertades democráticas
30/12/2020
Gatillo fácil
Caso Joaquín Paredes: “no fue abuso de autoridad, fueron todos”
La fiscal acusó a un policía por homicidio, los demás agentes no serían juzgados por la responsabilidad que les cabe.
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Por estos días se conocieron los detalles de las declaraciones e imputaciones en el caso de gatillo fácil que se llevó la vida del joven de 15 años Joaquín Paredes. La fiscal Fabiana Pochettino confirmó a La Voz del interior la imputación de Maykel López acusado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de policía; delito al que se le agrega el de tentativa de homicidio calificado, y de abuso de autoridad. El resto de los policías involucrados no sería juzgado por la responsabilidad que le cabe.
Cabe recordar que la balacera desatada en la madrugada del 25 de octubre contra un grupo de jóvenes, dejó como víctima a Joaquín Paredes. Desde entonces, en la localidad de Paso Viejo se desarrollaron marchas, concentraciones y murales exigiendo justicia. En ese sentido, la conclusión de la familia y amigos es que el gatillo fácil “no fue abuso de autoridad”, y “fueron todos”.
El policía Maykel López, según la fiscalía, es el principal responsable del asesinato, por otro lado, los otros cuatro efectivos implicados en el caso (Ronald Fernández Aliendro, Enzo Ricardo Alvarado, Iván Alexis Luján y Jorge Luis Gómez) quedaron imputados ahora por los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento en los deberes de funcionario público, una imputación menor teniendo en cuenta que en principio estaban imputados por homicidio agravado.
El pasado lunes convocaron a una concentración en los Tribunales de Cruz del Eje para exigir justicia y perpetua para todos los responsables. Desde los vecinos y familiares de Paso Viejo se denunció este nuevo intento de impunidad de los policías, marcaron que “fueron todos”, refiriéndose a la responsabilidad de los efectivos, a su vez señalaron que la responsabilidad va más allá. Por eso reclamaron que la fiscal dé explicaciones sobre el proceder en la causa al grito de que “venga la fiscal”.
En un sentido documento señalaron que “se bancaron las provocaciones de mil formas” desde los allegados a los responsables del gatillo fácil. Además cuestionaron la decisión de la fiscal: “¿cómo puede una sola persona cargar un crimen que no hubiese sido posible sin tantos cargadores vacíos, sin tantas vainas desenfundadas? ¿Quién le explica a su mamá que los otros cuatro miraban un espectáculo de película de terror y que abandonarlo significa abuso de autoridad?”, lacónico.
En otro pasaje del citado documento indicaron: “qué tan poco valemos los negritos del interior que si nos disparan más de 40 veces cuentan la mitad, y si se condena solo es abuso de autoridad”. En la concentración hubo una conclusión que se cantó a los gritos: “fueron todos”.
La responsabilidad en la muerte de Joaquín envuelve al conjunto de una institución policial descompuesta, entrelazada a un aparato judicial que busca dejar impune a la mayoría de los autores de quienes tiraron a matar contra un grupo de pibes indefensos.
Gatillo fácil nunca más
La impunidad está a la vista. Los cinco policías fueron partícipes activos de la balacera contra los jóvenes y luego de cometer el brutal asesinato se subieron al móvil y se retiraron del lugar dejando a dos jóvenes heridos y a Joaquín asesinado en la plaza de Paso Viejo. El asesinato de “Cabu” no fue el primero ni el último a manos de la policía. El accionar del poder judicial repite una forma de operar buscando dar penas menores a las que corresponde.
Según peritajes de la investigación, el policía López realizó al menos siete disparos con el arma reglamentaria, asesinado a Joaquín e hiriendo a otros dos pibes. También se pudo corroborar que otros policías que se encontraban en la escena del crimen dispararon sus armas. Todos los policías rechazaron los cargos por los cuales se los imputaron y se negaron a declarar.
La justicia adicta y cómplice pretende llevar adelante un nuevo proceso judicial donde la impunidad sea la regla para parte de los autores materiales e intelectuales del gatillo fácil contra Joaquín. La justicia y las fuerzas represivas del Estado están desde sus raíces podridas, es necesario desarrollar la fuerza para desmantelar por completo las fuerzas de (in)seguridad y la elección popular de jueces y fiscales así como la revocabilidad de sus cargos.
Más que nunca Justicia por les pibes asesinados por la maldita policía. El Estado es responsable. Gatillo fácil nunca más.
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