Cerca de las 12 del mediodía de hoy (29-11) se conoció que el Tribunal Federal Oral de Fiske Menuco/General Roca conformado por los jueces Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Díaz Lacava sentenciaron a los prefectos que asesinaron a Rafael Nahuel (no hay dudas), a leves condenas. Sergio Cavia, apuntado como el que ejecutó el disparo, recibió cinco años de prisión por ser encontrado culpable de homicidio agravado cometido en exceso de legitima defensa. Mientras que Francisco Javier Pintos, Juan Ramón Obregón, Carlos Valentín Sosa y Sergio García recibieron cuatro años y seis meses por ser participes necesarios del mismo delito. Todos fueron además expulsados para ejercer funciones públicas por entre ocho y siete años.

De esta manera el juzgado, por unanimidad sostuvo “la teoría del enfrentamiento” sostenida por las defensas de los Albatros y por el Ministerio Público Fiscal. Recordemos que Vehils Ruiz había solicitado la pena que se impuso, argumentando justamente que hubo un enfrentamiento, y que por eso se defendieron. Fue el propio ayudante del fiscal García quien el día del alegato mencionó las pruebas que sostienen que sobre Rafael Nahuel, Lautaro González y Fausto Jones Huala había restos de pólvora, pero sin demostrar que hayan disparado. Las muestras tomadas bien pudieron venir del manoseo de las fuerzas de seguridad que sufrieron tanto el cuerpo de Rafa como la detención de Lautaro y Fausto al bajar el cuerpo.

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De alguna manera el vallado de la fiscalía dispuesto por el Tribunal apuntó a sostener la teoría del enfrentamiento, y a crear en el imaginario popular la idea de que allá afuera hay una amenaza, un claro mensaje contra quienes se organizan y luchan. No es casual que el fallo se dé a conocer a días de que asuma Javier Milei, que nombró como ministra de Seguridad a Patricia Bullrich, responsable del ministerio al momento del asesinato de Rafael Nahuel. Tanto la sentencia, como el vallado y el nombramiento de Bullrich son una provocación a los movimientos en lucha.

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Conocido el fallo, en las afueras se escucharon las palabras del padre y la madre de Rafael Nahuel, que manifestaron que de esta manera “Rafa no descansa en paz”. Ambos, rodeados de agrupaciones políticas de izquierda, movimientos sociales y de derechos humanos, como una parte importante de activistas ambientales dejaron claro que el pedido de justicia seguirá. Acompañaron además Alberto Santillán, papá de Darío Santillán; Asunción Ávalos, padre del aún desaparecido Sergio Ávalos; Claudia Painevil, hermana del aún desaparecido Carlos Painevil; Mónica Moya, hermana de Marcos Moya, víctima de gatillo fácil en Cipolletti; y amigos de Luciano Arruga y Daniel Solano.

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La querella de la familia sostuvo que se apelará el fallo. “La fiscalía fue la mejor defensa de los Albatros”, se escuchó decir a Rubén Marigo, quien además llamó a los gobiernos “nacionales y populares” a reflexionar sobre lo que sigue pasando, en clara alusión a los desaparecidos en democracia y la reciente derrota en el balotaje. Es que el gobierno de “los derechos humanos” tiene entre sus filas un innumerable listado de casos de asesinatos y desapariciones.

Desde el Partido Obrero acompañamos a la familia y su pedido de justicia. Rafael Nahuel presente, ahora y siempre.

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