El viernes 14, por la noche, se llevaba adelante el arresto al secretario general del Soem (municipales) de Catamarca capital. Walter Arévalo fue denunciado por un funcionario municipal por amenazas. El fiscal, en tiempo récord, ordenó la detención del sindicalista y en pocas horas quedó detenido en una comisaría en el departamento Valle Viejo.

La denuncia del funcionario se realizó posteriormente a una movilización del Soem a la puerta de su casa, en el marco de un conjunto de protestas que se están llevando adelante por la reincorporación de 36 trabajadores becados de higiene urbana, despedidos por pedir el pase a planta permanente.

La detención del sindicalista es el intento del gobierno de planchar los reclamos que llevan desde hace dos semanas los municipales de la capital, abriendo un nuevo ataque a la lucha de los trabajadores, esta vez por medio del accionar de la Justicia.

Al día de hoy, Arévalo sigue detenido y se continúa estructurando el andamiaje legal para atacar a los trabajadores.

Este es el método que está utilizando la gestión del gobernador pejotista Jalil: la detención de sindicalistas en pos de la desmovilización de los conflictos. Así fue con la lucha en el departamento Recreo, donde el secretario de ATE fue detenido en medio del reclamo por la reincorporación de trabajadores despedidos de ese municipio.

El sentido de la criminalización de los que luchan

La reforma laboral que ha propuesto el gobierno provincial es la columna vertebral de toda una política de ataque a la clase obrera. Esta reforma no podrá aplicarse sin postergación y pérdida de los derechos de los trabajadores. Esto inevitablemente generará reclamos y luchas obreras. Para intentar apaciguar estas luchas el Estado se vale de la persecución y la represión.

Desde el Partido Obrero nos hemos pronunciado en contra de todo tipo de criminalización a la protesta, exigimos la inmediata libertad de Arévalo y convocamos a marchar el miércoles 19 a la Legislatura en contra de la reforma.