Libertades democráticas
7/7/2016|1418
Causa Esma: Mario Coutouné declaró por su secuestro
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Mario Coutouné, dirigente del Partido Obrero de Misiones, declaró frente al juez Sergio Torres, por primera vez en 38 años, sobre su secuestro y encierro clandestino en las mazmorras del Casino de Oficiales de la Esma.
En un crudo relato, Coutouné detalló cómo fue el secuestro que sufrió junto a su padre en la zona céntrica de la ciudad de Buenos Aires, en la mañana del 20 enero de 1978, a manos de una patota de la Armada.
Oriundo de Posadas, y por aquel entonces militante de la TERS, juventud de Política Obrera, se encontraba en Buenos Aires con su padre para buscar información sobre su hermana Mirtha, quien se encontraba desaparecida (sus restos fueron restituidos en 2012). La familia Coutouné sufrió enormemente las persecuciones por su militancia política. No sólo padecieron el secuestro clandestino y la desaparición de una de las hermanas, también estuvieron presos “legales” los hermanos de Mario, Silvia y Ricardo, cuando apenas tenía 16 años.
Los captores conocían los motivos que habían traído a Mario y su padre a Buenos Aires. En la sesión de torturas, le exigían información sobre su hermana, que había sido ejecutada en diciembre de 1976. En un alto, sus verdugos le dijeron: “qué huevos tiene tu viejo, no paró ni un momento” de luchar por recuperar a sus hijos.
Luego de las torturas, Mario estuvo secuestrado -con capucha y engrillado- en las “cuchas” típicas de la Esma: una colchoneta entre taburetes de aglomerado. Casi no tuvo contacto con otros cautivos, excepto por un compañero que había estado secuestrado en Chaco durante 45 días y otro que le dijo: “Soy el Colo, de Concepción. Avisá que estoy acá”. Mario aportó esa información ante los jueces.
Una vez que fue liberado, el padre de Mario hizo todas las denuncias correspondientes, incluso en la Conadep. Hasta el día de hoy, 40 años más tarde, el caso de la familia Coutouné no fue juzgado en ninguno de los juicios que se llevaron adelante.
Con el patrocinio de Apel, Mario solicitó ser tenido como querellante, lo que el juez Torres deberá resolver en los próximos días. Aún así, todavía deberá esperar años para llegar a un juicio oral que ponga a los responsables de su secuestro y torturas en el banquillo.
Como ocurre en todos los casos desde que se reabrieron las causas contra los genocidas, Coutouné tendrá que lidiar con la fragmentación de los juicios y con su lentitud. A 13 años de la reapertura de los juicios contra los genocidas, hay sólo una centena de condenas firmes y gran parte de los represores gozan del beneficio de prisión domiciliaria sin ningún tipo de custodia.
Reforzar la campaña por juicio y castigo a todos los genocidas por todos los compañeros y por la apertura irrestricta de todos los archivos. Siempre.