Chaco: dos asesinatos brutales de las fuerzas de seguridad


El sábado 20, Fernando Suárez fue encarcelado en la comisaría 4ta de Roque Sáenz Peña, del Barrio Puerta del Sol. Según la policía, la madre denunció que la amenazó de muerte. A las pocas horas, murió a causa del incendio de su celda. La versión policial –que prendió fuego su propia celda- fue desmentida por parientes y amigos que se movilizaron a la sede policial y el día posterior a reclamar explicaciones por lo ocurrido. La policía respondió violentamente a los manifestantes, reprimiendo con balas de goma. Durante el sepelio, los familiares y amigos del joven cortaron la calle exigiendo justicia, y nuevamente la policía reprimió la movilización. El avance policial en plena luz del día fue filmado y la brutalidad policial no deja lugar a dudas: se ve avanzando al cordón policial disparando a mansalva sobre los manifestantes desarmados. Como resultado de la represión, hubo dos detenidos.


El poder político es responsable de la situación. Los abusos y golpizas en las comisarías son recurrentes. La respuesta a la represión frente al reclamo de los familiares confirma el aval del poder político a la acción criminal de los agentes policiales. El ministro de seguridad, Martín Nievas, sostuvo que investigarían el crimen, pero dio por cierta la versión policial del suicidio.


Cuando la provincia se conmocionaba todavía por las imágenes de la represión, se conoció la noticia del asesinato a mansalva de Víctor Amalio Aguirre, que fue baleado por la espalda por agentes de Prefectura que actuaban de civil en el camino a Isla del Cerrito. Los prefectos quisieron detener el vehículo pero, según la hija que viajaba con él, al ver que estaban de civil, Aguirre interpretó la acción como un intento de robo. Cuando trató de acelerar, fue baleado por la espalda.


Exigimos justicia por estos dos crímenes brutales de las fuerzas de seguridad. Hay que desmantelar los aparatos represivos que son un factor de ataque permanente a las libertades básicas en la provincia. Exigimos la renuncia del ministro Nievas por su responsabilidad política por el accionar de la comisaría cuarta de Sáenz Peña y la represión posterior.