Circuito ABO: otra sentencia con condenas y absoluciones

El martes se conoció el veredicto en el tercer tramo del juicio ABO (Circuito Atlético-Banco-Olimpo) en el que se investigaron los crímenes cometidos contra 359 compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos. Esos tres centros clandestinos operaron en la ciudad de Buenos Aires bajo la órbita del Primer Cuerpo del Ejército y, si bien fueron cambiando de nombre y ubicación, los genocidas mantenían sus prácticas y trasladaban a los detenidos de una sede a otra.


Como ocurre en todos los juicios de lesa humanidad, los genocidas sentados al banquillo de los acusados son sólo un puñado. En este caso, sólo nueve de ellos: Juan Carlos Mario Chacra (“Paco”), del Cuerpo de informaciones de la Policía Federal; Héctor Marc (“el Ruso”), del Servicio Penitenciario Federal, Carlos Alberto Lorenzatti (“Gato Viejo”), ex Subcomisario de la PFA; Eduardo Angel Cruz (“Cramer”), también de Informaciones de la PFA; Ricardo Valdivia, subcomisario PFA; Raimundo Izzi, cabo de la PFA; Gerardo Jorge Arraez, inspector de  la Dirección de Inteligencia de la Superintendencia de Seguridad Federal; Juan Miguel Méndez Nelson, de la Gendarmería Nacional y Alfredo Omar Feito ("Cacho"), integrante del Batallón 601.


Entre las víctimas se encontraban nuestro compañero Pablo Rieznik; Hugo Miedan, hijo de la Madre de Plaza de Mayo Elia Espen, patrocinada por APEL; José Abelardo “El Petiso” Luna y su compañera Cecilia Ibarra. “El Petiso” era hijo de nuestra querida compañera “La Tona” Luna. Cecilia y José son los padres del Pollo Luna, delegado del INTI y también militante del Partido Obrero. Cata Guagnini, referente del movimiento de Familiares y militante del Partido Obrero, también fue renombrada en el juicio, ya que sus hijos, Miguel –sobreviviente- y Luis Guagnini –desaparecido-, también pasaron por el Atlético.


El Tribunal Oral Federal N° 2 dictó prisión perpetua para Chacra y Mendez; 25 años para Arraez, Lorenzatti y Cruz y 15 años para Feito, quien ya contaba con otras condenas por lo cual deberá pasar en prisión 20 años. Por su parte, fueron absueltos Izzi y Valdivia.


Este juicio es fiel reflejo de cómo se llevan adelante los procesos contra los genocidas, no sólo por la variedad de condenas e incluso absoluciones a represores de quienes se probó su participación, sino también por la escasa cantidad de casos que se investigan y llegan a juicio.