NEUQUÉN

Con acciones facistizantes contra el pueblo mapuche, hizo su debut público la organización “Comunidad Angostura”

La “patria” terrateniente y el huevo de la serpiente.

Archivo.

Con acciones directas contra predios del lof mapuche Paicil Antriao y un repudio a la presencia de la bandera mapuche (wonufoye) en un acto escolar, se hizo público el debut como organización civil con personería de “Comunidad Angostura”. Al mismo tiempo, en la ciudad de Neuquén Capital, los miembros de este grupo pintaron una esvástica sobre dos murales en homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, con la inscripción “asesinas”. Son el huevo de la serpiente, que permite ver en su interior el embrión del animal ponzoñoso.

La “asociación civil” declara como su finalidad ejercer “diferentes acciones en materia de seguridad y la defensa de la propiedad privada y pública frente al avance de organizaciones criminales de bases indígenas, que promueven delitos de usurpaciones, daños, sustracciones, incendios y colaboran con actos de terrorismo”.

Al tiempo que se constituía esta “asociación civil”, en noviembre de 2022 el municipio votaba conformar un “Comité Municipal de Seguridad”, que apunta a los mismos fines. Todo un ejemplo de sociedad estatal-privada en defensa de la propiedad capitalista, en especial, de la tierra urbana y de las zonas turísticas.

Sectores profascistas y pronazis han pasado a la acción directa. La flamante “asociación civil” fue saludada en un artículo del diario La Nación el pasado 30 de marzo de 2023.

Una serie de organizaciones han emitido un documento como Multisectorial (al que se sumaron el Partido Partido y el Polo Obrero a través de Patricia Jure y Gabriela Suppicich) repudiando el accionar de esta organización paraestatal.

El lof Paicil Antriao y los pueblos originarios

Comunidad Angostura niega la existencia de tierras ocupadas por mapuches en la localidad. Es más, acusan al pueblo originario mapuche de ser “extranjeros”; lo dijo quien rechazó la presencia de la bandera mapuche en un acto escolar.

Se consideran a sí mismos pioneros y por lo tanto con el derecho exclusivo a ocupar con fines de lucro toda la tierra que les sea necesaria. Para esto, deben negar la preexistencia de pobladores desde la época de la mismísima campaña militar genocida encabezada por Julio Argentino Roca, a quien reivindican.

Pero la historia y la documentación dicen lo contrario. Según relata el werken de la comunidad Paicil Antriao, “dentro de esta disputa territorial con Chile (nota: la del siglo XIX), el lonko Antriao ayudó con el bote, el lonko Paicil con los caballos y el presidente Roca, el mismo que hizo el genocidio de la Conquista del Desierto, le entregó a estas familias esas 635 hectáreas con un título de ese tiempo que, lo hemos consultado con nuestros abogados, tiene vigencia”.

Paradójicamente, sería el mismísimo Roca el que entregó ese territorio donde hoy se asienta la comunidad por servicios prestados a la Argentina en un conflicto limítrofe con Chile.

El condominio Lago Correntoso

Aunque la organización de esta banda fascista tiene objetivos más amplios y extendidos territorialmente, un tema central que los ocupa es expulsar a la comunidad mapuche Paicil Antriao para poder facilitar el negocio inmobiliario de un fideicomiso denominado Lago Correntoso (uno de sus socios es nada menos que Emanuel Ginóbili), que pretende hacer una aldea de montaña violando las normativas sobre tierra y la tala de árboles del bosque nativo.

Son la continuidad de la “obra de zapa” de otro amigo de los terratenientes, Exequiel Bustillo, quien fuera hace más de un siglo Director de Parques Nacionales y que en su propio libro El Despertar de Bariloche dice: “Cada uno de mis huéspedes, maravillados con aquel paraíso, acabó por adquirir su pequeño lote de tierra para levantar algún día su residencia veraniega. Ésta era mi obra de zapa, mi trabajo de hormiga, quizá uno de los más trascendentes y del que más me enorgullezco en la actualidad. Porque poblar aquello con argentinos, que con su capital y su presencia fueran consolidando nuestra soberanía, no dejaba de ser la más efectiva acción a que estaba llamada la institución que me honra en dirigir. En Villa La Angostura, sobre todo, fue donde mejor se pudo llevar a cabo esa obra de real penetración nacional” (Bustillo 1968:183-184 citado en: Navarro Floria, 2008:8).

El lote 9

Un territorio en disputa y pretendido por el fideicomiso Lago Correntoso es el denominado lote 9.

Según investigaciones históricas; “para el año 1902, y tal como figura en los documentos analizados por el libro citado previamente, se redacta un Boleto de posesión de la División de Tierras y Colonias del Ministerio de Agricultura Expediente N°118/36: este documento implica la concesión del Lote No 9 a Ignacio Antreao, y José María Paichil. Establece que los límites del lote son: al Norte “El Lago Correntoso”, el Sur “Tierra Reservada”, al Este Lote Once y al Oeste “El Lago Nahuel Huapi”.

Este lote 9, muy extenso, abarcaba lo que hoy es el mismo casco urbano de la ciudad de Villa La Angostura. Con el tiempo, la comunidad mapuche fue siendo empujada hacia los bordes del lote.

Es la tierra que ahora reclaman “los pioneros” arribados a fines del siglo XX e inicios del siglo XXI.

El argumento de estos pioneros del saqueo territorial (que fue y es semejante en toda la zona) es que una parte menor del extenso lote 9 en realidad pertenecía a un Antriao cuyos descendientes hoy forman parte de la Comunidad Angostura, que estaba por fuera de la tierra de los Paicil, y que por lo tanto lo que hoy reclama la comunidad carece de fundamento. Introducen una división artificial, a costa de un renegado, para tratar de usurpar tierras como parte de su actividad “pionera” del siglo XX y XXI. Es una historia repetida.

Aplastar a la escoria fascista es una tarea de la clase obrera.

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