Con el puño en alto

Rodeado de compañeros de militancia, Dimas Ponce se presentó en Tribunales.

Esta mañana, bien temprano, Dimas Ponce se presentó ante el juez Torres en tribunales de Comodoro Py. Centenares de sus compañeros del Partido Obrero lo aguardaban para hacerle el aguante, bajo un gran cartel que reclamaba “libertad para César Arakaki y Dimas Ponce”. Dimas llegó de la mano de su novia y rodeado por su familia.


Dimas se había presentado ante el juez apenas comenzó a circular en los medios que Torres ordenaría su detención. Declaró su domicilio y aguardó durante varios días la resolución del juez. Su abogada, Claudia Ferrero (Apel), solicitó la exención de prisión, el juez la rechazó y Ferrero apeló a la Cámara. Sin embargo, Torres apuntó que la apelación no tenía efecto suspensivo sobre la orden de detención –una barbaridad, porque hubiera correspondido que se pronunciara primero el tribunal de alzada. Al día siguiente, Dimas se presentó en el juzgado nuevamente.


En estas horas, Torres lo mantiene detenido y debe resolver sobre el pedido de excarcelación que presentó su abogada. No habría motivo para negársela, ya que demostró sobradamente su disposición a enfrentar las imputaciones que pesan sobre él y refutarlas en el marco del proceso judicial –nunca estuvo prófugo, como lo difamó el portal InfoBAE. Pero lo mismo hizo César Arakaki, quien se presentó no una sino dos veces ante el juez, y está preso en el penal de Marcos Paz. César es el único detenido por los hechos del 18 de diciembre. No hay ningún policía preso por los atropellos cometidos durante la represión. El policía motorizado Dante Berisone –que atropelló en el piso a un cartonero de 19 años malherido y se jacta en las redes sociales de “matar terroristas villeros”– fue liberado gracias al encubrimiento de sus superiores y de los funcionarios del gobierno. Otras cinco personas continúan detenidas desde el 14 de diciembre, cuando la sesión para aprobar la reforma judicial fracasó bajo el peso de la crisis política.


Dimas ingresó a tribunales acompañado por su abogada y desde lo alto de la escalinata saludó con el puño en alto a sus compañeros. “Lo ovacionaron”, resumió un periodista que cubrió la noticia.



“Esta es la puntada inicial de un proceso absurdo, como lo son todos los procesos con los que intentan criminalizar las luchas de los trabajadores”, denunció Marcelo Ramal, durante un acto realizado en la entrada del edificio. Dimas es acusado por una fotografía en la que se lo ve con una caña de las que el PO utiliza en todas las marchas para llevar sus banderines, a pocos metros del policía Brian Escobar, cuando éste se encontraba en el suelo. Sus heridas, según los médicos, fueron provocadas por un objeto contundente como una piedra. “Le quieren imputar una agresión a un policía que nunca se le podría imputar, porque Dimas estaba manifestando con estas misma cañas que ahora tienen ustedes para sostener estas banderas, y con ellas nunca le podrían haber infringido el daño que la justicia le atribuye”.


“Pero detrás de esta imputación absurda”, agregó Ramal, “hay una cuestión política de fondo, porque los hechos se produjeron en el marco de una represión feroz y de una movilización de centenares de miles de trabajadores que se manifestaban contra una ley que le va a sacar, sólo este año, cien mil millones de pesos del bolsillo de los jubilados. Se pretende que el Congreso funciones con esa manifestación desalojada, y los manifestantes ejercieron una defensa colectiva del derecho a manifestarse. ¿Por qué no citan a indagatoria a los 250 mil trabajadores que defendieron su derecho a manifestarse? Porque el verdadero enfrentamiento es entre el Estado, que roba los fondos de los jubilados, y esa masa que se niega a ser confiscada. Dimas no se entregó: se presenta acá para luchar por su libertad y la de todos los luchadores.


“Es un acto de osadía, de desafío”, lo definió Jorge Altamira, a continuación. Y agregó, con una cuota de irreverencia revolucionaria, “ninguno de los que hicieron esto antes con nosotros pudieron terminar sus mandatos”. Altamira reclamó la excarcelación de Dimas y de César Arakaki porque “es su derecho seguir este proceso trucho en libertad”.


Altamira agradeció especialmente a la familia de Dimas “por su presencia y por su acompañamiento político”.


“Quieren intimidar al pueblo para evitar las movilizaciones que se van a profundizar contra los tarifazos y la contrarreforma laboral, que viene a destruir el derecho laboral. Pero no van a superar con represión la inflación, la quiebra financiera y las contradicciones insalvables de este régimen con represión”.


El jueves, marchamos con las banderas desplegadas a Plaza de Mayo, junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia, para reclamar por la libertad de los compañeros, el cese de las persecuciones y contra el ajuste y la represión de Macri y los gobernadores.