La Cámara Federal de Casación Penal, Sala I, confirmó la condena a un año de prisión en suspenso del perito Roberto Locles por haber alterado la bala que se extrajo del cuerpo de nuestro compañero Mariano Ferreyra. El hecho ocurrió durante una junta de peritos, meses antes del inicio del juicio que condenó a Pedraza y a parte de la patota. En aquella ocasión, Locles golpeó el proyectil varias veces contra una mesa y lo aplastó, adulterando la prueba.

 

Locles había sido contratado como perito de parte por uno de los imputados. Sus honorarios eran pagados por la Unión Ferroviaria a través del segundo de Pedraza, Juan Carlos Fernández. Toda la evidencia revela que su misión era entorpecer la investigación y sabotear la prueba. Locles rendía cuentas de su actividad al abogado defensor Gustavo Igounet. Éste, en sus conversaciones con Fernández, les garantizaba a Pedraza y al “Gallego” que el perito en cuestión no sólo diría que el proyectil que impactó en Mariano provenía de un rebote, sino que también abonaría la teoría de que el disparo había salido de las filas del Partido Obrero.

 

En el juicio quedó claro que el imputado alteró la evidencia, extremo que confirmó la Cámara de Casación tras la apelación de la defensa, confirmando la sentencia. En cambio, los jueces que condenaron a este provocador profesional rechazaron el planteo de las querellas respecto de que se trató de una conducta dolosa y por encargo. De ese modo, el tribunal desvinculó su accionar de las directivas de Pedraza y su banda.

 

La condena, ahora confirmada, incluye además la inhabilitación por tres años para desempeñar la labor de perito.

Locles tuvo su última aparición mediática con el caso Lola, aportando dudosas teorías sobre el crimen. Habrá de verse si su inhabilitación profesional alcanza también a sus espectáculos televisivos.