Contra las detenciones arbitrarias, el gatillo fácil y el protocolo represivo

Marchemos el 22 de abril, de Congreso a Plaza de Mayo


Un conjunto de organizaciones antirrepresivas y estudiantiles, partidos de izquierda, sindicatos y colectivos sociales y culturales participamos de la convocatoria de la Correpi para impulsar una campaña nacional contra las detenciones arbitrarias y los abusos policiales.


 


El puntapié inicial será una movilización a Plaza de Mayo el próximo 22 de abril, cuando se cumplan 25 años del asesinato de Walter Bulacio. Su caso es un emblema de la lucha contra los atropellos policiales. Walter fue detenido por una razzia policial en las cercanías del estadio Obras, durante un recital de los Redonditos de Ricota. Murió pocos días después, debido a los golpes recibidos en la comisaría.


 


En los últimos meses, en el marco del ajuste de Macri y los gobernadores, tanto desde el poder político como judicial se reforzaron las facultades policiales para detener arbitrariamente y requisar sus pertenencias personales. Un fallo de principios de año del Tribunal Superior de la Ciudad de Buenos Aires, legitimando estas prácticas, y luego el de la Corte Suprema que habilitó el uso de las picanas portátiles Taser, avalaron la legalidad de un régimen permanente de “libertad vigilada” contra la juventud y los trabajadores. “Más de la mitad de los muertos en comisarías, desde 1983 a hoy, estaban detenidos por una contravención o para identificar”, denuncia la Correpi, que desde hace 20 años lleva un relevamiento sistemático de casos.


 


Hasta 2015 se registraron más de 4.600 asesinados en democracia por gatillo fácil y tortura a manos de la policía. La mitad de ellos ocurrieron bajo los gobiernos K. Especialmente, en territorio bonaerense, durante la gestión de Daniel Scioli. Los gobiernos “populares” de Néstor y Cristina además batieron récords en materia de asesinados por luchar, persecuciones judiciales (petroleros de Las Heras), espionaje contra organizaciones populares (Proyecto X) y legislación represiva (leyes antiterroristas). La “doctrina de seguridad democrática” y las “jornadas contra la violencia institucional” fueron la mascarada de estas políticas. El ajuste y la entrega a los buitres no aparecieron de un día para el otro, tampoco la represión.


 


La necesidad de impulsar una movilización contra estos atropellos es evidente. Debe conjugarse con la lucha contra el “protocolo” represivo de Macri-Bullrich y los gobernadores. Lo que está en el centro de la cuestión es la libertad de organización y lucha de la juventud y los trabajadores contra el ataque capitalista a sus condiciones de vida.


 


Impulsemos en el movimiento estudiantil y entre la juventud trabajadora una gran movilización contra las detenciones arbitrarias, el gatillo fácil y el “protocolo” represivo.