Córdoba: la policía torturó y armó una causa a joven trabajador del Polo Obrero

Prensa Obrera entrevistó a la víctima de la represión estatal; un nuevo caso de abuso de un aparato descompuesto.

El pasado jueves después las 14 horas, “Charly” salió de su casa ubicada en la calle Illinois en el barrio Santa Isabel a hacer las compras. Su caminata fue interrumpida por una camioneta de la policía que intempestivamente le cortó el paso y lo detuvo. Lo que vino después fue la expresión de la violencia policial en todas sus letras.

“Charly” fue detenido en primera instancia por 4 policías, a los que luego se sumaron 2 más a bordo de una segunda camioneta. El compañero fue esposado e interrogado con maltratos de por medio; respondió las preguntas mientras se encontraba rodeado de policías armados con escopetas en una clara acción de hostigamiento.

El despliegue policial fue realizado con la excusa de que era un presunto ladrón. Lo esposaron, lo dejaron en remera y encerraron en el móvil mientras lo acusaban por sus tatuajes. “Te vamos a llevar si o si”, le dijo el Cabo Gutiérrez, el único de los policías identificados.

Charly comentó a Prensa Obrera que lo “pasearon por todos lados, fueron dos horas al menos”. En su testimonio, la victima relató cómo sufrió torturas psicológicas y físicas por parte de los policías. “En la camioneta me llevaron hasta las afueras de la ciudad y agarraban calles de tierra para hacerme golpear dentro del móvil y con las manos esposadas aun, mientras los policías se reían”. Fueron horas donde el hostigamiento verbal se incrementó con amenazas como que iba a terminar en la cárcel de Bower.

Además, el compañero relató que cuando comentó que luchaba con el Polo Obrero la policía tuvo un especial ensañamiento por su actividad política. Sin dudas esto expresa una realidad insoslayable: para las fuerzas represivas de los gobiernos quienes luchan contra el hambre y la miseria reciben palos y persecución.

Pero la tortura no acabó ahí. “Charly” estuvo varias horas más en el móvil mientras presenciaba como uno de los efectivos le armaba un acta. “Quiero dejar algo claro, la policía estaba escribiendo un acta con hechos que no habían sucedido”, apuntó consternado.

Luego de pasadas las 4 horas, fue ingresado a la UCA (Unidad de Contención de Aprehendidos) donde estuvo 3 horas en una celda hasta que fue liberado ya que el hecho no tenía sustento. Se trató de mucho más que un nuevo caso de “abuso” policial.

De igual modo denunció que cuando se retiraba, aproximadamente a las 21 horas, de la UCA un oficial le entregó un acta con una citación que deja explicito que ahora el joven tiene una causa abierta, cosa que refuerza el planteo de que fue una persecución por portación de rostro. No solo policial, sino también política. A su vez, el joven señaló que no es la primera vez que la policía lo levanta por la cara y sus tatuajes, Charly es la expresión de lo que sufren miles de pibes en los barrios populares donde la yuta reprime y mata con total impunidad.

Vale también señalar que el valiente joven no solo relató a Prensa Obrera lo sucedido, sino que también realizará una denuncia penal acompañado del abogado del Partido Obrero, Jorge Navarro.

Este nuevo caso de abuso policial deja a la vista la descomposición de las fuerzas represivas desde sus raíces. Lejos de combatir el narcotráfico y la trata son parte de un entramado delictivo por acción u omisión.

Una vez más queda claro que la policía es una herramienta de hostigamiento a la que solo le cabe el desmantelamiento y el juicio y castigo a todos los responsables del gatillo fácil y el verdugueo sistemático a les pibis.

A días de las elecciones vale señalar que todos los bloques políticos patronales son partidarios del reforzamiento de la represión para pasar el ajuste. En la vereda de enfrente se encuentra el Frente de Izquierda que no mira para otro lado y que lucha por terminar con este régimen de represión. Desmantelamiento del aparato represivo, gatillo fácil nunca más.