El juicio por el gatillo fácil de Rodrigo Sánchez, que comenzaría el martes pasado, fue pospuesto hasta el año que viene. La víctima tenía 17 años cuando fue asesinada por la espalda por el policía Lucas Gastón Carranza, el 19 de septiembre de 2015, en el barrio Villa Urquiza. El pasado lunes, la Coordinadora de Víctimas de Gatillo Fácil de Córdoba realizó una concentración frente a los Tribunales para exigir que el juicio comience este año.

En 2022, tras años sin obtener respuestas por parte de la Justicia, Gabriela Sanso, mamá de Rodrigo Sánchez, decidió encadenarse frente a Tribunales II. Solo así logró que se definiera una fecha para el juicio. Ahora, nuevamente el sistema judicial pretende dilatar la causa. Esto no es nuevo: a lo largo de estos 8 años, la familia de Rodrigo luchó incansablemente contra las maniobras del Poder Judicial para cajonear el caso. En el camino, y como es de costumbre en los casos de gatillo fácil, fueron perseguidos y amenazados.

Si bien Rodrigo y otro joven estaban cometiendo un robo en el momento del crimen, y esto es algo que la mamá nunca negó, no estaban armados. Además, se comprobó que el policía tenía cocaína en sangre. Luego del asesinato, le colocaron pólvora en las manos al adolescente, con la intención de simular un enfrentamiento. Este accionar es sistemático dentro de las fuerzas policiales. Recordemos que en el caso Blas Correas intentaron plantar un arma, y en el caso Joaquín Paredes declararon que él y sus amigos estaban atacando a la policía con golpes y piedras.

Cabe destacar que Carranza permanece libre. Peor aún, un año después de lo sucedido fue detenido por robar una campera en el Nuevocentro Shopping.

Entre las irregularidades alrededor del gatillo fácil de Rodrigo, aparece Gonzalo Cumplido. El ex jefe policial se posicionó como testigo directo del caso. Sin embargo, Gabriela, en declaraciones a la prensa, afirma que es una gran “casualidad” que un alto mando de la policía estuviera justo en el momento y el lugar del hecho. “Siempre voy a sostener que Cumplido no estuvo en ese semáforo mirando lo que estaba pasando, él se colocó en ese semáforo porque era una pieza fundamental para cubrir el caso”, asegura la madre.

Por otra parte, la fiscal Jorgelina Gutiez es la misma que estaba a cargo de investigar la causa del gatillo fácil de Ezequiel Castro, quien fue asesinado a golpes dentro de la UCA. Dicha causa también permanece cajoneada, a más de un año del crimen.

En este panorama y viendo que tanto el sistema judicial como el aparato policial son cómplices y pretenden dejar impunes los casos de gatillo fácil, es de suma importancia reforzar el pedido de justicia, a la vez que impulsar un frente único anti represivo, contra el ajuste y la represión de quienes gobiernan y el avance de la derecha negacionista.

En ese sentido, el pasado 30 de septiembre se realizó en la Facultad de Sociales de la UBA un Encuentro Nacional Antirrepresivo, donde una de las resoluciones más importantes fue realizar una gran movilización. Gatillo fácil nunca más. Justicia por Rodrigo Sánchez y por todxs lxs pibes víctimas de la brutalidad policial.

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