En menos de cuatro meses del gobierno liber-facho de Milei se desplegaron gigantes movilizaciones populares en Córdoba. La mayor convocatoria se produjo el domingo pasado al conmemorar el 48° aniversario del golpe genocida donde se calcula que se movilizaron unas 100/150 mil personas. Antes, en la movilización del Día de Internacional de la Mujer Trabajadora, alrededor de 80 mil mujeres y disidencias protagonizaron un gigante 8 de marzo. Estas grandes movilizaciones fueron precedidas también por jornadas masivas de lucha, como fueron el 20 y 27 de diciembre, la movilización del paro del 24 de enero, la marcha contra la Ley Ómnibus, y las enormes movilizaciones del gremio docente y de todas las organizaciones sociales y piqueteras.

Una primer y gran conclusión que surge de este movimiento popular es la clara predisposición del pueblo trabajador a enfrentar al gobierno reaccionario en las calles, con huelgas y piquetes, los métodos tradicionales y efectivos de la clase obrera. Todos los análisis políticos y sociales marcan que vamos a una rebelión educativa en la Universidad, y en secundarios y terciarios, frente al ataque brutal que despliegan Milei y Llaryora contra la educación pública. La lucha educativa, como ha sucedido históricamente, puede impulsar la irrupción de un movimiento de la juventud masivo en lucha.

De la primera conclusión se desprende la segunda. Hay que hacer todos los esfuerzos y presentar todas las instancias para que la clase trabajadora y los movimientos de lucha se unan y profundicen la lucha hasta derrotar los planes motosierra del gobierno nacional y sus cómplices. Para ello debemos impulsar, reclamar y preparar la huelga gemneral y los planes de lucha en todos los frentes, contra los despidos, por el salario, por el recorte de los programas sociales, el ajuste jubilatorio y todos los reclamos, y de esa forma preparar la huelga general para derrotar a Milei.

Esa tarea primera enfrenta al PJ-kirchnerismo y a su burocracia sindical. El gobierno de Llaryora y la burocracia no quieren que triunfen las luchas, porque ellos mismos son cómplices de la política reaccionaria de Milei. El ejemplo más claro y más grande de esto es la lucha docente, que se levantó contra el desconocimiento del acuerdo 2023 por parte del gobernador, el recorte salarial sistemático que significa otorgar actualizaciones a la mitad de la inflación, los aumentazos en Apross y Caja de Jubilaciones. Cuando miles y miles de docentes paraban, se organizaban y se movilizaban por sus reclamos, la burocracia de UEPC desarrolló un fraude para imponer un acuerdo viciado que habían rechazado el 98% de las y los delegados de capital, y muchos más en el interior.

La CGT no mueve un dedo por la lucha docente, porque la mayoría de las conducciones burocráticas que la integran ya habían acordado hace dos meses la entrega que ahora pudo imponer la burocracia de UEPC. La burocracia de los sindicatos no quiere una lucha a fondo y mucho menos una huelga general, porque es parte del gobierno provincial de Llaryora que aplica el ajuste de Milei, y también ella defiende su propia posición de privilegio. Se ha subido al carro del PJ, que armó un cogobierno con Milei durante diciembre y enero, y ahora se encamina hacia el Pacto de Mayo, que se firmaría en Córdoba.

Un punto central de la complicidad de Llaryora con Milei es la cuestión represiva. Días antes del 24 de marzo el ministro de Seguridad provincial (Quinteros) se reunió con Patricia Bullrich en Córdoba, donde se discutieron los pasos para aplicar el protocolo represivo contra las luchas sociales. Llaryora es un adelantado en la materia, puesto que se dedica a reprimir y perseguir las luchas como sucedió con el cacerolazo en diciembre, con las luchas obreras, y con la elevación a juicio de la causa arbitraria contra dirigentes sociales y sindicales por movilizarse.

Tenemos por delante una gran tarea. Hay que impulsar la lucha en todos los frentes. Tenemos que levantar un gran movimiento educativo que una estudiantes, docentes y no docentes de todos los niveles. Tenemos que avanzar en la defensa de todos los reclamos obreros y bregar por su triunfo, Para ello es fundamental la unidad y la elaboración de un programa de salida a la crisis, desde la clase trabajadora. La asamblea de trabajadores ocupados y desocupados y de las luchas resuelta por los sindicatos y organizaciones combativas, es un gran paso en ese sentido. Después vienen grandes jornadas como el 1° de mayo y el 25 de mayo, donde Milei y Llaryora tratarán de firmar un pacto antiobrero. Redoblemos los esfuerzos para terminar con este gobierno facho-liberal y su motosierra de genocidio social.

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