Crimen de Solano: ¡que la policía entregue a los culpables!

El secuestro y apaleo del principal testigo de las muertes de Javier Sotelo y Agustín Ramírez confirman las denuncias de los familiares y vecinos de que estos dos jóvenes de Solano no murieron en un “enfrentamiento entre patotas” —como sostiene la policía- sino que fueron asesinados por su militancia política en las barriadas obreras.

El testigo —Florencio Reyes— enfermero del hospital de Solano fue secuestrado por cuatro personas que se trasladaban en un Ford Falcon verde, y a golpes y patadas se lo amenazó para que se “abriera” del “caso Solano”. “Esta vez no te van a quedar muchas marcas. Pero si seguís hablando te vamos a ‘boletear’ ”. Reyes fue arrojado luego del vehículo y hospitalizado en terapia intensiva.

La versión de que Sotelo y Ramírez habrían muerto en un “enfrentamiento” produjo la inmediata reacción del vecindario, donde ambos jóvenes eran conocidos por su militancia política en favor de los asentamientos de pobladores.

Sotelo y Ramírez fueron muertos en lugares distintos y así lo comprobó el enfermero Reyes, quien fue el primero en llegar a reconocer los cadáveres. Sin embargo, tres horas después, la ambulancia que recogió los cuerpos los encontró juntos para dar verosimilidad al “enfrentamiento de patotas”.

Los jóvenes de Solano venían siendo amenazados por integrar una comunidad de base, identificada con el periódico “gente sin techo”. Por todo esto la comisión vecinal responsabilizó a la policía de los homicidios. “Son las mismas balas que se utilizaron en Dock Sud y Budge”. Más precisos aún, los compañeros de los jóvenes muertos dicen que “los mató la policía de Rafael Calzada porque nosotros les iniciamos un juicio por daños y perjuicios”.

Cambió la gobernación de Armendariz por Cafiero, pero el gatillo fácil continúa.

El PARTIDO OBRERO apoya la movilización de los amigos, compañeros y vecinos de Solano hasta dar con el completo esclarecimiento de este asesinato y el castigo de los culpables.