Libertades democráticas
10/3/2016|1402
Declaró Elia Espen
Terminada la audiencia, Elia llamó a movilizarse este 24 de Marzo con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia contra la impunidad de ayer y de hoy, y en defensa irrestricta de los derechos humanos
Seguir
Foto: Javier Entrerriano
Transcurridos 39 años del secuestro y desaparición de su hijo Hugo Miedan, pudo sentarse por primera vez a declarar Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo (Línea Fundadora).
Con la honestidad que la caracteriza, Elia se sentó frente a los jueces del Tribunal Oral Federal N˚ 2 y les dijo que tenía un solo interés en el juicio: “La verdad y la justicia”.
La declaración testimonial de Elia puede inscribirse como una victoria de su tenacidad y lucha. A sus 84 años, pudo franquear el “silencio” que le fue impuesto por el Estado. A partir de una petición realizada por Apel en la causa ABO (Atlético Banco Olimpo), su declaración no pudo haber llegado en mejor fecha, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En este caso, fue la reivindicación de la incansable pelea contra el apañamiento estatal a los genocidas, protagonizado por centenares de mujeres luchadoras.
Elia fue acompañada por un centenar de personas, sus hijas y nietas, Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero, los diputados Pablo López y Soledad Sosa, Ileana Celotto de la AGD-UBA, la Fuba, la Asociación de ex Detenidos-Desaparecidos (AEDD), representada por Carlos Loza, Nora Tomé, HIJOS Oeste, y muchos más. La concurrencia fue tan grande que debió habilitarse la platea alta de la sala más grande de Comodoro Py.
Hugo, militante del PRT, desapareció el 18 de febrero de 1977 y fue visto por sobrevivientes en el centro clandestino de detención El Atlético, ubicado en Paseo Colón y Juan de Garay de esta Capital. Elia y sus hijas estuvieron privadas de libertad, cuando los genocidas allanaron su domicilio en búsqueda de Hugo. La denuncia que Elia presentó ese mismo día nunca quedó registrada en la comisaría.
Hugo fue visto por última vez por sobrevivientes, en septiembre de 1977, en el Centro clandestino El Atlético.
Durante su testimonio, Elia contó el allanamiento que realizaron los militares en su casa, donde vivía Hugo. Detalló los robos a los que fueron sometidos, el maltrato a sus hijas y a ella misma. “Se robaron todo lo que pudieron cargar. Lo metían en las sábanas y lo llevaban como fajos”.
Elia recordó que el militar que llevaba la voz cantante le quedó grabado en su retina, y al día de hoy lo recuerda.
Continuó narrando la infinidad de gestiones que realizó: el paseo por ministerios, las entrevistas con el genocida y capellán de la Armada Emilio Graselli, los hábeas corpus, cartas a la OEA y episcopados. Los resultados obtenidos siempre fueron negativos.
Así, comenzó a relacionarse con otras madres y familiares “Sería que las madres teníamos algo en las caras que nos dábamos cuenta. Y así nos fuimos organizando”
Espen destacó que recién el año pasado, y a partir de un habeas corpus que presentara con la autora de esta nota, la Justicia obligó al Estado a investigar e informar mensualmente sobre los resultados. La cantidad de tiempo que tuvo que esperar Elia muestra los límites de los juicios que siguen celebrándose a paso de tortuga, por un puñado de genocidas y un número inferior de víctimas. Este tercer tramo del juicio ABO todavía no tiene fecha de inicio.
A 40 años del golpe genocida, se impone la necesidad de reclamar, como siempre, la apertura ya de los archivos, el juicio urgente a los milicos genocidas y sus cómplices, la cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas por todos los compañeros.
Terminada la audiencia, Elia llamó a movilizarse este 24 de Marzo con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia contra la impunidad de ayer y de hoy, y en defensa irrestricta de los derechos humanos.