El aniversario del crimen de Mariano llega en un momento particular de la causa judicial. El Tribunal Oral 21 le ha concedido a los abogados defensores los recursos que habilitan a que la Cámara de Casación revise las condenas a Pedraza y a los demás responsables del crimen de Mariano. Ese mismo tribunal, en cambio, rechazó nuestra pretensión de acusar por tentativa de homicidio agravado a Pedraza, Fernández, Díaz, Favale y Sánchez.

Es que los jueces no consideraron al crimen de Mariano y las otras tentativas como premeditados. El argumento utilizado es que "a Pedraza no le convenía un muerto", lo que se probaría a través de su detención posterior. El tribunal, sin embargo, se contradice a sí mismo, ya que su propia investigación consideró probadas las tentativas del jefe de la UF para alcanzar su impunidad. Pero este razonamiento falaz y vulgar fue el pilar para condenar por homicidio simple con penas de hasta 25 años (aunque el TOC no aplicó ese máximo a ningún condenado), en vez del homicidio agravado que prevé la pena de perpetua, el cual fue requerido por las querellas y la fiscalía.

Esta graduación del dolo lanzada por el tribunal que dictó la sentencia puede licuarse aún más si este razonamiento es recogido por los jueces de Casación. Esto conduciría a una reducción de las penas de los jefes de la UF -e incluso a absoluciones. Por lo pronto, si Pedraza y Fernández logran atenuar su condena, estarían a las puertas de ser liberados al terminar el trámite del recurso. Todas estas tentativas se inscriben en los esfuerzos oficiales por salvar sus vínculos con la burocracia sindical, en el marco de la abierta declinación del régimen. Queda claro, más que nunca, que "esta lucha sigue".