Denunciaron como centro clandestino de detención a la República de los Niños de La Plata

"Después el daño psíquico, me aferré a no salir a ningún lado, me quedo en casa" sostuvo un sobreviviente.

República de los Niños de La Plata.

En la tercera audiencia del lunes 12, en el juicio por los delitos de lesa humanidad ocurrido en el Centro de Infantería (1 y 60) y Comisaría 8va de La Plata, declaró por primera vez Carlos Jalaris, un sobreviviente que al momento de los hechos quien era trabajador de Propulsora Siderúrgica, de Techint, donde también trabajaba su hermano, Rubén, quien era delegado, tenía 24 años, estudiaba Ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Comenzó su testimonio señalando que habían ido a buscarlo varias veces a su casa en 502 y 10. El 24 de marzo del 76, como varios trabajadores y trabajadoras de Astillero y el Frigorífico Swift de Berisso fueron secuestrados en el primer día del golpe genocida. Pararon unos Falcon verde en la puerta de su casa y decidió huir, pero volvió para entregarse, por su familia.  “Revisaron todo, rompieron todo. Me pegaron un culatazo, me subieron el pullover y me encapucharon. Me meten en casa, revisaron todo, rompieron los colchones, los muebles, lo único que se llevaron es una escopeta que usaba para cazar. Me subieron al Falcon debajo del volante.”, añadió.

Luego prosiguió: “Primero me llevaron al País de los Niños: me di cuenta por las vías; soy nacido ahí, en Gonnet. Me llevaron a un cuartito, aunque no vendado, para esperar a otro muchacho más. Después me llevaron al Falcon, a la parte de atrás, hasta 1 y 60. Éramos 18, 20, en una pieza”, expresó.

En “1 y 60”, centro clandestino instalado en el predio de la Dirección de Infantería y el Regimiento de Caballería de la Policía Bonaerense, estuvo junto a otras 20 personas donde permaneció vendado y esposado a una cama. Sólo le quitaban una esposa para poder comer, aunque relató que un policía le permitió ir al baño a lavarse el ojo, que lo tenía infectado por un accidente previo, y también llamó a su madre para avisar que estaba vivo.

Allí fue interrogado y amenazado para que diera información sobre su hermano. También le dijeron que en su locker del trabajo habían encontrado panfletos políticos. En el centro clandestino de detención permaneció una semana y pudo ver a otros trabajadores de Propulsora, a los que reconoció por el uniforme verde, y de Astilleros Río Santiago.

Tras su paso por “1 y 60” fue trasladado junto a un grupo de detenidos a la Unidad 9 de La Plata, donde fueron golpeados salvajemente. “Estuvimos unos 10 días hasta que recibí la primera visita. Mi papá había presentado un habeas corpus. Cuando me vio, me preguntó si tenía espejo. Me dijo que pidiera no ver a mi madre, porque si me veía así se moría. Estaba desfigurado”, indicó. Días después fue liberado.

“Perdí el ojo y los dientes por los culatazos que nos dieron, me quedé sin dientes, tengo uno solo. Y, después el daño psíquico, me aferré a no salir a ningún lado, me quedo en casa. Murió mi madre y sigo en el chalet, no salgo. El daño moral, ¿no?”, concluyó.

Antes del testimonio de Jalaris, declaró Jorge Arri, trabajador de Propulsora, también secuestrado el mismo 24 de marzo y llevado a “1 y 60”. Al igual que Jalaris, tras ser liberado la empresa lo despidió: «En Propulsora me ofrecían dinero pero yo quería regresar a mi trabajo. Estuvimos así 3 meses hasta que tuve que firmar que renunciaba y agarré la indemnización porque necesitaba el dinero», manifestó.

Por su parte, la fiscalía manifestó que iniciarían una investigación especial al respecto de la utilización de la República de los Niños como Centro Clandestino de Detención y quienes prestaban servicios en la comisaría de Gonett al momento de los hechos.

Este testimonio deja al descubierto la decisión política de todos los gobiernos de no investigar y garantizar la impunidad a los genocidas ya que, a 47 años de los hechos, se siguen denunciando nuevos lugares que fueron utilizados para detener, secuestrar, torturar y matar durante la dictadura genocida.

La próxima audiencia se realizará de manera mixta, presencial en los juzgados federales de 8 y 50 segundo piso y virtual, a través del canal de Pulso y la Retaguardia, y el canal de Youtube del Poder judicial de la Nación.

¡No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos!

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