Dirección del CTA-Neuquén viola mandato de plenario

Los dirigentes del CTA de Neuquén, encabezados por Jorge Izquierdo, acaban de violar una resolución del plenario de la organización que reclamaba la libertad de Horacio Panario, encarcelado como consecuencia de una movilización de desocupados que reclamaba el pago del seguro al desempleo.


El comunicado firmado por Izquierdo sustituye aquel reclamo por el pedido de “la inmediata elevación a juicio de la causa en que está procesado Horacio Panario”, a lo cual agrega que esto “no implica ni un aval a los disturbios (sic) producidos en la Casa de Gobierno el pasado dos de octubre ni un intento de interferir en el trabajo de la justicia” (Río Negro, 3/2/96). Con esta terminología, Izquierdo está ciertamente no sólo interfiriendo en la justicia sino por sobre todo mandando en cana a Panario, precisamente en función de los “disturbios” a los que alude el burócrata violador del mandato de su organización.


Izquierdo es más preciso todavía en otra parte del comunicado, en el que reclama al juez que “asuma una actitud equitativa sancionando no sólo a los postergados sociales, sino a aquellos que protegidos por el poder hacen del peculado un método”, con lo cual Izquierdo se convierte en uno de los pocos individuos conocidos que exige “sanciones” contra los “postergados sociales”, es decir, los explotados. Este burócrata se iría a dormir con la conciencia tranquila si pudiera compensar la condena a Panario con otra aplicada a un funcionario del oficialismo.


Los dirigentes del CTA se niegan sistemáticamente a reclamar la libertad de Panario y a interferir en la justicia por medio de una actividad popular organizada en defensa de este militante del pueblo. Esgrimen como razón para actuar de este modo bárbaro que el ingreso de los desocupados a la casa de gobierno de Neuquén fue un ataque a la democracia y que, en todo caso, en una democracia el fallo judicial tiene un carácter político y moral definitorio. Con este argumento no han logrado meter en cana a ningún represor o corrupto, ni impedir los indultos a los asesinos del pasado régimen, pero siguen usando inconmovibles ese raciocinio incluso si se aplica contra los luchadores del pueblo.


De cualquier manera, hay una razón más profunda para explicar esté política que esos argumentos ‘democráticos’: la profunda hostilidad hacia el movimiento de los desocupados, que arrancaron la sanción de un seguro legal y que se han organizado en forma independiente de los patrones y del Estado. La hostilidad contra el movimiento de los desocupados es común a un amplio arco que va desde Sapag hasta una secta denomida ‘bolcheviques’, pero que significativamente incluye a las direcciones del sindicato provincial (Ptp) y de la capital de Neuquén; esta última se pronunció abiertamente contra el seguro al desocupado. Ocurre que la luch victoriosa de los desocupados pone al desnudo la incapacidad política de las burocracias sindicales y de los partidos centroizquierdistas para hacer frente a la política cavallana, sin mencionar que abre enormes perspectivas de unidad para el movimiento de los explotados entre los trabajadores con trabajo, los jóvenes, los jubilados y los desocupados.


Llamamos a los delegados del CTA que votaron luchar por la libertad de Panario a que repudien el comunicado de Izquierdo y a que pongan en efecto medidas prácticas para conseguir esa libertad.