Libertades democráticas
1/7/1987|188
Dock Sud: ¡un nuevo Budge!
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El viernes 19 de junio, tres jóvenes trabajadores del Dock Sud fueron “levantados” por un Fairlane azul de las esquinas de Alem y Huergo. Personas de civil, que se identificaron como policías, ante testigos que así lo declaran, llevaron con vida a los tres muchachos. A pocas cuadras de allí, en la calle Castelli al 600, varios vecinos afirman que los jóvenes fueron bajados y fusilados. El hecho ocurrió a la una de la mañana.
La policía dice que los jóvenes tenían armas y estaban asaltando a un colectivero, cuando un oficial de apellido Musió, que casualmente vive en esa cuadra, los ‘‘enfrentó a los tres y salió victorioso”. Ello a pesar de que la policía dice que los tres estaban armados, uno de ellos con escopeta.
Los vecinos que vieron los hechos conocen a los tres pibes, de 19, 18 y 16 años, y aseguran que ninguno estaba armado.
Organización inmediata
Inmediatamente de conocidos los hechos, los padres y amigos de los jóvenes se organizaron en Comisión Vecinal, por sus propios medios. Pocas horas después tomaron contacto con el compañero Capurro, quien asumió la defensa. Con el correr de las horas comenzó la movilización barrial; firmas de petitorio y marcha sobre el Concejo Deliberante de Avellaneda. El barrio respondió con su repudio al hecho, exigiendo Justicia por los asesinatos. La movilización barrial, como los mismos vecinos explicaron, siguió el ejemplo del barrio de Budge. La comisión del barrio tomó la dirección de las tareas, libre de toda tutela de los partidos patronales.
Un nuevo Budge
Este caso, similar al de Budge, no obedece a una casualidad. A pocas horas de la puesta en libertad de Balmaceda y sus secuaces, estamos ante un hecho similar, pero aún más artero. En Budge, lo hicieron ante decenas de vecinos, sin coartada alguna. Aquí, han armado todo, a la madrugada, teniendo en cuenta la experiencia —precisamente— de lo ocurrido en Budge.
El lugar de los hechos es una cuadra donde todos los que allí viven son policías. Entre ellos, quien afirma (el oficial Musió) haberlos “enfrentado”. Este oficial —según reconoció el juez de la causa, Celesia— registra numerosos antecedentes de “enfrentamientos” similares.
El testigo de la policía, un tal Cardinali, tendría “deudas pendientes” con la Comisaría 1°, y ésta sería la forma de pagarlas: atestiguar sobre un “robo”. La actitud policial revela que estaríamos ante una provocación destinada a reforzar las argumentaciones del ministro provincial Portesi sobre “el auge de la delincuencia”.
La firmeza del barrio
Los testigos del barrio ya han comenzado a ser objeto de amenazas. Un kiosquero, que vio todo lo ocurrido, fue apretado para decir que “no vio nada”. Muchos vecinos que vieron todo han solicitado permanecer en el anonimato, aunque ya decidieron declarar lo que vieron.
Ahora, es fundamental el peso de la organización barrial. Los vecinos van casa por casa á explicar lo ocurrido. Se ha planeado una gran movilización para el próximo sábado, llamando a todo el Dock a manifestar.
¡Venceremos!
La población trabajadora y democrática ha respondido repudiando los hechos. Ahora saldrá nuevamente el vocero patronal Portesi y sus aliados a decir que fue un ‘‘enfrentamiento con malvivientes”. Pero el pueblo trabajador sabe bien lo que ocurrió: los vecinos vieron —al igual que en Budge— que fue un asesinato.
Podrá la clase explotadora ahora tratar de “arreglar” las pruebas. Podrá decir lo que quiera. El método de la organización independiente de los trabajadores en los barrios aplastará todos estos intentos e impondrá, más temprano que tarde, el castigo a los culpables, a través de su organización de clase. ¡VIVA LA HEROICA LUCHA DE LAS BARRIADAS OBRERAS CONTRA LA REPRESION PATRONAL! Dock Sud y Budge vencerán si se profundiza esta extraordinaria tendencia de los trabajadores a confiar solo en sus propias fuerzas, poniendo en pie las bases para un gobierno de los trabajadores: el único que terminará con toda esta lacra de asesinos.