El asesinatode Bonino y el pacto Menem-Alfonsín

Han pasado ya tres semanas del asesinato de Mario Bonino, empleado de la secretaría de prensa de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, sin que el gobierno, la justicia o los “organismos de seguridad” hayan podido encontrar una sola pista sobre sus asesinos. Tampoco han encontrado “rastros” de los patoteros que entraron a la sede de la Utpba tres días después de la desaparición de Bonino y apalearon a su sereno, así como tampoco fue descubierto ninguno de los “patoteros” que atacaron y amenazaron a  decenas de periodistas los días previos a las elecciones. El gobierno, ni siquiera, tiene una “tesis” para explicar el asesinato: el verso de que los ataques a los trabajadores de prensa eran una “maniobra preelectoral” se terminó el 3 de octubre; los ataques, no. Por el contrario, se han agravado con el ingreso nocturno al local sindical y el asesinato de Bonino.


Los trabajadores de prensa, su sindicato, y numerosas organizaciones políticas realizaron una marcha a la Plaza de Mayo para reclamar la rápida investigación del asesinato, pero el gobierno sigue siendo impotente frente al asesinato y las intimidaciones. Entre otras porquerías, el pacto de Menem y Alfonsín parece haber servido para empantanar las investigaciones y encubrir a los asesinos.


Pero hasta tanto no encuentre a los responsables directos del asesinato, los identifique, los detenga y los castigue, el gobierno menemista es el responsable del asesinato de Mario Bonino. Esto no sólo porque es el encargado de resgaurdar la vida y seguridad de los ciudadanos sino, particularmente, porque han sido sus hombres los que apalearon y amenazaron a los periodistas a lo largo y a lo ancho del país antes de las elecciones. Ninguno de estos ataques ha sido esclarecido. Y porque ha sido el propio gobierno el que ha difundido la tesis de un suicidio, rápidamente desmentido por los familiares y compañeros


El gobierno es responsable también de no haber investigado la denuncia pública del ex funcionario Luis Sobrino Aranda, quien declaró que “fuentes bien allegadas al gobierno estudian los antecedentes que podrían determinar que, efectivamente, está actuando en el sur del Gran Buenos Aires un autotitulado escuadrón de la muerte” (El Informador Público, 2/7). ¿El gobierno no ha investigado o se ha callado sus “investigaciones” porque comprometen a los “organismos de inteligencia”?


El asesinato de Mario Bonino es un asesinato político porque Bonino era miembro de una organización sindical opositora al gobierno, muchos de cuyos afiliados ya habían sido atacados por los hombres del menemismo.


El PO denuncia la responsabilidad del gobierno y plantea la necesidad de potenciar la movilización del gremio para imponer el juicio y castigo a los asesinos de Mario Bonino.