El ataque del gobierno a la prensa es parte de la ofensiva represiva contra los trabajadores

La Argentina registró una profunda caída en el índice global de libertad de prensa.

Represión Ley Ómnibus.

Luego de que Milei, durante el Día del Trabajador, afirmara que los argentinos"no odiamos lo suficiente a los periodistas", y que el streamer libertario, "El Gordo Dan" pidiera encarcelar a los periodistas, Luis Caputo se sumó a la ofensiva contra los trabajadores de prensa. Lo hizo con una frase amenazante: “a menos que el periodismo tome nota y cambie: es una profesión que tiende a desaparecer. Y nada tiene que ver este gobierno. Es puro mérito propio”.

Lejos de una opinión casual, la declaración se inscribe en una campaña sistemática del gobierno de Milei para deslegitimar, amedrentar y atacar a los trabajadores de prensa, que son testigos incómodos de la brutal represión callejera. Cada ataque verbal a la prensa busca justificar, ante la opinión pública, la violencia concreta sobre periodistas durante las protestas.

Desde la asunción de Milei, los trabajadores de prensa han sido blanco predilecto de la represión en las movilizaciones. Un informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) afirma que la Argentina registró una profunda caída en el índice global de libertad de prensa: descendió en total 47 lugares durante el gobierno de Javier Milei. Las cámaras, grabadores y libretas son vistas por el régimen libertario como un blanco de ataque puesto que registran lo que el gobierno quiere ocultar: la escalada de represión y violencia contra quienes se manifiestan contra el plan de ajuste y hambre oficial. Sin ir más lejos, fue gracias a estos registros que se pudo reconstruir el brutal ataque a Pablo Grillo por parte de las fuerzas represivas.

Estos ataques tienen también su correlato patronal: los medios de comunicación viven hoy un verdadero régimen dictatorial dentro de las redacciones. Con salarios de miseria, contratos precarios y despidos por goteo, los trabajadores de prensa sostienen una lucha nacional contra el vaciamiento de sus condiciones de vida y trabajo. La reciente protesta en la Feria del Libro, encabezada por trabajadores de Página/12, es solo la punta del iceberg. Hay conflictos abiertos en Clarín, El Cronista, Perfil, La Nación, Infobae, Canal 13, TV Pública y muchas otras redacciones, por recomposición salarial y contra despidos, retiros “voluntarios” forzados y cierres de programas.

La arremetida del gobierno contra los trabajadores de prensa y la libertad de expresión no puede ser combatida con simples declaraciones de disgusto de las patronales de los medios de comunicación, que al mismo tiempo aplauden los ataques al derecho a la protesta y la persecución judicial a luchadores honestos. Para derrotar esta ofensiva tenemos que quebrar toda la política represiva y ajustadora del gobierno, y apoyar los reclamos y la organización de las y los compañeros de prensa.

La defensa de la libertad de expresión y de opinión irá de la mano es inseparable de la del derecho a organizarse y luchar.

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