Libertades democráticas
9/1/2018
El caso Matías Puca y la sombra de la impunidad
Están incriminados en la muerte del joven dos hijos de funcionarios del gobierno jujeño de Gerardo Morales.
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Los familiares del joven Matías Puca, quien falleció luego de un atropello en el que están incriminados “hijos del poder” –entre ellos, el hijo del ministro de Seguridad de Jujuy, Ekel Meyer–, convocaron para el martes 9 una movilización en San Salvador de Jujuy, en reclamo por justicia y esclarecimiento del caso.
Matías Puca era “carrocero”, así se denominan a los estudiantes que participan de la confección de las carrozas de cada escuela para la Fiesta Nacional de los Estudiantes (FNE) que se hace todos los años en San Salvador de Jujuy. Era estudiante de 5° año de la Técnica de Maimará y padre de un bebé de meses de vida y vivía en un pueblo del norte cercano a Tilcara.
En septiembre pasado, viajó junto al equipo de la escuela para los desfiles de carrozas que se realizaban en esa semana. El domingo 17 de septiembre, a las 6:20 de la mañana, caminaba junto a un grupo de compañeros cuando un auto lo embistió en las cercanías del Regimiento de Infantería de Montaña 20, para darse luego a la fuga por las calles céntricas de la ciudad. Matías agonizó durante días en el Hospital Pablo Soria y finalmente falleció. La noticia ocasionó una fuerte conmoción en la provincia y entre los estudiantes que participaban del desfile de carrozas.
Sus compañeros y familiares comenzaron un largo trayecto de lucha por el esclarecimiento del caso. En las redes sociales ya se hablaba de la participación de “los hijos del poder” en el fatídico hecho. El gobierno de Gerardo Morales presionó a rectores de escuelas y comisión de la FNE para que los desfiles no se suspendan, a pesar de la muerte del joven y los reclamos de los familiares.
La causa
La investigación del asesinato del joven Puca conoció todas las trabas posibles desde las fuerzas que supuestamente debían esclarecerlo y desde el Poder Judicial. Claro, en el marco de las elecciones al gobierno no le convenía ningún resultado negativo, cuando ya cargaba con la reciente separación de funcionarios por casos de corrupción.
La denuncia por las redes involucraba al hijo del Dr. Pablo Perovic, director del Instituto de Seguros de Jujuy, y al hijo de Ekel Meyer –hombre fuerte de Morales en el gabinete– a bordo del auto que embistió a Puca. A fines de octubre Perovic renunció tras sólo nueve meses en el cargo, alegando problemas personales.
Varios hechos apuntaban en esa dirección. Estaba la denuncia de los trabajadores de una casa de repuestos, quienes señalaron que días después del accidente Perovic compró una óptica delantera y un parabrisas de un Chevrolet Agile, auto reconocido por las cámaras de la policía de la provincia como el que manejaban los responsables de la muerte de Puca. Al día siguiente del siniestro fue destrozada la central de monitoreo de tránsito, en lo que se presume un acto de encubrimiento. Al día de hoy la policía no ha podido identificar el auto que produjo el choque.
Recién el 29 de diciembre se allanase la oficina del Dr. Perovic y este fuese imputado por encubrimiento en el caso Puca. Una semana después, el ex funcionario se presentó a la justicia para ponerse a disposición, y negó cualquier tipo de vinculación con el accidente. Lo siguió un día después Ekel Meyer Jr, acompañado de su padre, quien entregó un celular y también se desligó de cualquier participación del accidente. Cuatro meses ya habían pasado del hecho.
En el caso del ministro Meyer, la impunidad es su especialidad. El hombre estuvo siempre vinculado a la seguridad, primero en la municipalidad de San Salvador y hoy en la provincia; y frente a los recurrentes casos de brutalidad de las fuerzas represivas (los más recientes: el ingreso ilegal de la policía en la Facultad de Agrarias y la represión y persecución a luchadores en el Ramal) ha sabido esquivar todas las denuncias, contando con el apoyo incondicional de Morales.
Los “hijos del poder”
Si bien este es el caso más grave donde estarían involucrados hijos del poder, no es el primero ni el único. Entre otros, en agosto de 2016 se produjeron detenciones por un caso de abusos sexuales múltiples que implicaba a jóvenes ligados con el poder político, quienes invitaban chicas a la salida del boliche a fiestas privadas en las que eran drogadas y terminaban manteniendo relaciones con los jóvenes y sus amigos; la justicia y el ministro de Seguridad taparon todo.
Esto tampoco es nuevo ni inherente únicamente al radicalismo. Bajo el gobierno de Fellner hemos visto también muchos excesos de los “hijos del poder”, como los sucesivos accidentes de tránsito en estado de ebriedad de Carolina Moises, hija del ex intendente de San Pedro y actual diputada nacional por el Frente para la Victoria.
Adelante
La pelea contra la impunidad entronca con la lucha contra las políticas represivas de Morales, que a punta de pistola quiere parar al movimiento obrero y la juventud.
Es necesario desenvolver un movimiento de jóvenes por el esclarecimiento del caso de Matías, para lograr que se esclarezcan los hechos y que caigan los culpables. Solo la movilización popular logrará este cometido.