Libertades democráticas
18/11/2025
El gobierno respondió con provocaciones ante los cuestionamientos del Comité contra la Tortura de la ONU
La represión a la protesta social y el hacinamiento en las cárceles, foco de las críticas.

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La represión, al servicio de las políticas de ajuste de Milei
El gobierno argentino recibió fuertes cuestionamientos por la represión de la protesta social, en el marco de la última reunión anual del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas (CAT, por sus siglas en inglés), organismo que deberá emitir un dictamen en las próximas semanas. La administración de Javier Milei, representada por el subsecretario de Derechos Humanos, Gustavo Baños, dedicó toda su intervención –que tuvo lugar el 13, día en que se evaluó al país- a negar las denuncias en su contra y enlodar a los organismos de derechos humanos.
Los reportes de estos organismos, como el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), el Comité Nacional de Prevención de la Tortura (CNPT) y la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) advirtieron ante el Comité de la ONU sobre varios puntos: la vulneración de libertades básicas por medio del llamado “protocolo antipiquetes”, los heridos en la represión policial (casi 1.300, entre diciembre de 2023 y agosto de 2025, según el Cels), y el hacinamiento y maltrato en las cárceles. Amnistía Internacional, por su parte, emitió un informe que también incorpora el problema de la violencia y estigmatización de la población en situación de calle.
Pero Baños se limitó a negar y negar lo evidente en su alocución, señalando que todo serían “datos falsos”. Y, para tratar de desviar la atención, apeló a provocaciones recurrentes de su gobierno, como poner en duda la cifra de 30 mil desaparecidos bajo la última dictadura militar, y aludir a un supuesto “negocio de la defensa de los derechos humanos”.
La represión del gobierno argentino, que incluye las manifestaciones de jubilados y a los propios periodistas que cubren los acontecimientos (recordemos el caso del fotógrafo Pablo Grillo), está al servicio de un ataque frontal contra las condiciones de vida de las masas y las conquistas del movimiento obrero. Esto se completa con la persecución política, judicial y mediática contra referentes de las organizaciones en lucha.
Abajo la represión de Bullrich-Milei.



