Rafael Crispín fue detenido el 4 de febrero en un operativo represivo de la policía bonaerense en el barrio La Nueva Unión, en el distrito de La Matanza, que buscaba agravar las condiciones de vida de los habitantes del lugar para que se retiren de dichas tierras.

Tras su detención, fue víctima de una causa armada, bajo la imputación de “intento de homicidio”, mantenido en cautiverio durante ocho días y luego liberado por la incesante movilización de sus compañeros de lucha del Polo Obrero y otras organizaciones solidarias.

A pesar de esta experiencia desfavorable, Rafael asistió a la jornada nacional de lucha del 18 de febrero para manifestarse por el derecho a la tierra, la vivienda, el trabajo y las reivindicaciones más sentidas por el pueblo trabajador.

“El gobierno no nos da la facilidad de poder tener un trabajo justo”, señaló Rafael, sumándose al reclamo de miles de trabajadores desocupados que ven deteriorarse su calidad de vida y que no cuentan con ingresos económicos suficientes.

También relató las circunstancias irregulares en las que se produjo su aprehensión, manifestando que su detención y posterior ensañamiento contra su persona tenía el objetivo de allanar el desalojo de las familias que pelean por un pedazo de tierra.

La lucha por Rafael Crispín tuvo un primer triunfo cuando se obtuvo su liberación y el cambio de carátula de la causa. La pelea sigue por su desprocesamiento y por los reclamos de los habitantes del barrio La Nueva Unión.