En el día de hoy trascendió otro hecho de suma gravedad en el marco del caso Facundo Castro. Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia, denunció públicamente haber recibido una carta documento firmada por el comisario retirado Miguel Ángel Reynoso, de la ciudad de Mar del Plata.

Reynoso, con el sentido de la impunidad y el espíritu de cuerpo intactos, intima a Aparicio a abstenerse de “realizar actos o expresiones que resulten ofensivas y agraviantes para los integrantes de las Policías de la Provincia de Buenos Aires, ya sea en actividad o en situación de pasividad”. Las consecuencias que promete el excomisario, en caso de que el abogado desoiga sus amenazas, tienen que ver con iniciar una causa por calumnias e injurias. Esta acción inadmisible se da horas después de que Luciano Peretto, también abogado de la familia de Facundo, denunciara que un patrullero de la Bonaerense se encontraba apostado frente a su casa en clara actitud intimidante.

Desde que comenzó a trascender públicamente la desaparición de Facundo, tanto Cristina Castro como sus abogados fueron víctimas de todo tipo de amenazas, algunas veladas y otras no tanto. Entre estas últimas, cabe recordar que el subcomisario de Mayor Buratovich, Pablo Reguillón, fue desplazado de su cargo en el mes de julio, luego de decirle a Peretto que “cuando todo pase yo sé bien lo que tengo que hacer”.

Con respecto a Reynoso y su carta documento, no es casual que el reciente motín policial lo tuviera al mismo comisario retirado encabezando las protestas en la ciudad de Mar del Plata. Allí, como secretario general de la Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires (Apropoba), había defendido las acciones llevadas adelante y la necesidad de que se le reconozca a la Policía el derecho a manifestarse y de ir a la huelga.

El “empoderamiento” de la Bonaerense propugnado desde el gobierno provincial, bajo la coartada de erigirse en garante de las medidas de aislamiento social, se traduce inevitablemente en el fortalecimiento de un aparato totalmente contrario a los intereses de las mayorías trabajadoras. Los numerosos casos de gatillo fácil y la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo dan cuenta de ello. Berni y Kicillof son responsables. Justicia por Facundo.

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