Fallo de impunidad a los represores de la Sala Alberdi

Absolvieron a dos de los tres policías acusados de disparar plomo contra periodistas y manifestantes.
 
 


En el día de ayer fueron beneficiados con un fallo de impunidad los oficiales de la Policía Metropolitana que reprimieron con balas de plomo a dos periodistas y un manifestante en el marco del desalojo de la Sala Alberdi, en marzo de 2013.


 


El juicio que comenzó a principios de mayo –luego de repetidas maniobras dilatorias– concluyó con la absolución de dos de los policías, Miguel Ledesma y Maximiliano Acosta, y una condena mínima –de tres años en suspenso– para el oficial mayor Miguel Pereira de la Rosa. Esto pese a los registros de foto y video y los testimonios de los testigos que los colocan como autores de los balazos.


 


María del Carmen Verdú, abogada de la organización Correpi y querellante en la causa, anunció que apelarán la resolución de los jueces, al tiempo que denunció que condenaron al "más quemado de todos" (en la casa de Pereira de la Rosa se encontraron municiones coincidentes con las de la represión) "para salvar a la institución y al poder político" (Página12, 6/6). A su turno, señaló que los absueltos “podrán ser rehabilitados plenamente en sus funciones. En cualquier momento los ves en la calle con la escopeta 12/70 y mejor correrse si estás con una cámara” y, en relación con Pereira, recordó que "estamos frente a una persona que tiró a matar el 19 y 20 de diciembre, tiró a matar en el Parque Indoamericano y tiró a matar en la calle Corrientes en 2013; y recién ahora logremos que se lo condene con esta pena absurda" (ídem). Como en el Indoamericano, la represión en Sala Alberdi fue conjunta con la Policía Federal, por entonces a cargo de la ex ministra de Seguridad, Nilda Garré.


 


El fallo se inscribe en un marco de renovada presión del macrismo a la justicia por fallos antiobreros (como las amenazas a los jueces laborales), así como en una creciente avanzada represiva del gobierno nacional y los mandatarios provinciales contra las protestas y organizaciones populares. Es, en particular, un guiño de impunidad para la Policía de la Ciudad, que ha heredado de sus antecesoras (la Metropolitana y parte de la Federal) su carácter represivo y mafioso.


 


Abajo la represión contra las luchas populares. Juicio y castigo a los responsables políticos y materiales de la represión en la Sala Alberdi.