Grave represión en la mina del Bajo La Alumbrera

23/6/96 Coordinadora contra la Impunidad y el Encubrimiento

Se ha comenzado a producir en el ‘emprendimiento’ minero de Bajo La Alumbrera, Catamarca, una verdadera depuración del personal, entre los cientos de desesperados catamarqueños, tucumanos y chilenos que, huyendo de la desocupación, se engancharon en los llamados de las empresas constructoras (Fluor Daniel, en primer lugar, y subcontratistas, luego) que preparan la infraestructura de la explotación minera. Se calcula en dos mil (2.000) el número de obreros congregados en la zona, muchos de ellos con sus familias.

 

Después de un par de meses y con la experiencia de jornadas agotadoras de 12 y 14 horas, agravadas por los tiempos muertos que insume el único reloj que existe para marcar entradas y salidas, y la distancia del comedor, que impide en los hechos desayunar e incluso almorzar al grueso de los trabajadores, se autoconvocó una asamblea de mil obreros para discutir estos problemas. Decidieron convocar a una nueva asamblea para el día siguiente, a la que concurrieron todos los obreros.

 

Esta asamblea fue rodeada por la policía provincial, llevada hasta el lugar desde las tres ciudades más cercanas: Andalgalá, Belén y Santa María, juntamente con la gendarmería. Apresaron a los dirigentes de la autoconvocatoria y los trasladaron compulsivamente hasta Santa María, sin permitírseles retirar sus pertenencias y documentos personales, bajo prohibición de volver a presentarse en la obra. Estos dirigentes se vinieron a la Capital provincial, donde fracasaron en su intento de reunirse con los legisladores del gobernante Frente Cívico, y fueron recibidos ‘fríamente’ por los del PJ ‘opositor’, que tampoco dieron ninguna clase de respuesta. El obispo Miani, que mucho conoce y calla sobre el encubrimiento del caso Morales, se tomó sin embargo el trabajo de viajar hasta el lugar de los hechos, para declarar luego que los despidos estaban justificados, sin aclarar por qué, que las empresas lógicamente venían a ganar dinero gastando lo menos posible, y que la comida es de buena calidad. Por su parte, la burocracia de la UOCRA también justificó las medidas de la empresa y los despidos, lo que no es sorprendente dada su tradición y el hecho de que la empresa haya contratado a burócratas desocupados para que cumplan exclusivamente el rol de delegados. Finalmente, la prensa patronal ha minimizado el episodio, dándole un bajísimo perfil, por lo que el grueso de la población desconoce lo sucedido.

 

La Coordinadora contra la Impunidad y el Encubrimiento, que ha discutido y hecho suyo el planteo de encarar una campaña nacional contra las persecuciones a los luchadores populares, lanzó un pronunciamiento que hasta ahora la prensa local ha boicoteado sistemáticamente, por lo que ahora debe encaminar la agitación por otros medios.

 

De todas maneras, va quedando claro que las empresas que actúan en La Alumbrera privilegian el “lógico afán de lucro”, como dice el obispo, sobre cualquier otra consideración e incluso sobre la Constitución Nacional; que el Estado, es decir las fuerzas armadas y de seguridad, equipadas fuertemente en estos últimos meses a pesar de la crisis, va a defender a fondo el régimen de explotación existente, y que la burocracia sindical se va a jugar en la perspectiva de desmontar cualquier reclamo, pues según ellos, en la mina rigen las leyes de los países de donde provienen las empresas (?).

 

Este antecedente señala el rumbo que seguirá  la explotación del oro catamarqueño regalado por Menem-Castillo. E indica también la responsabilidad de las organizaciones sociales y políticas de pronunciarse y contribuir a la organización y defensa de los trabajadores. La Coordinadora avanza en este sentido.