El martes 19 se cumplió el segundo día del juicio en contra de Ailén y Marina Jara, hermanas apresadas por defenderse de un acosador.

Después de más de dos años de detención sin justificación, bajo la carátula de tentativa de homicidio, y luego de una profunda lucha iniciada por su madre Helena y por varias organizaciones políticas y de derechos humanos, llegó el juicio oral. La justicia de Mercedes consiguió que las hermanas permanecieran encerradas hasta el comienzo del juicio, a pesar de los problemas de salud y anímicos que sufren.

Afuera del tribunal, una contundente movilización exigiendo la libertad para Ailén y Marina; adentro, el segundo día del juicio transcurrió con el desfile de cuatro testigos aportados por la fiscalía. La madre de Leguizamón, el acosador, intentó descalificar a las jóvenes, con la clara intensión de desestimar el relato de autodefensa que ellas habían realizado el día anterior. Por otro lado, también fue importante el relato de dos policías, que se contradijeron al describir la ropa que usaba la ‘víctima’ Leguizamón y las acusadas el día del altercado.

Ninguna de las pruebas aportadas por la fiscalía es suficiente para continuar con la prisión de las hermanas. Es indispensable que, en el corto tramo que queda del juicio, se profundice la lucha con un amplio comité de apoyo que, organizado independientemente del Estado -que no movió un dedo por las jóvenes y que es el mismo que mantiene este régimen de violencia y sometimiento sobre la mujer trabajadora- logre su liberación.

Brindamos nuestro apoyo a Ailén, Marina y a toda su familia.

¡Libertad a las hermanas Jara!