Humahuaca: otro crimen de Estado.

De nuevo, la crisis de los sin techo

Gabriela e Iñaky

La organización Tití Guerra -de la Red que responde a Milagro Salas- se instaló en un predio de las afueras de Humahuaca, desalojando a una familia que habitaba en el lugar desde hacía más de veinte años. Esto provocó la reacción de los vecinos y de las comunidades originarias de la zona. Intervino la policía, reprimiendo con gases y balas de goma. Como resultado, el joven “Pato” Condorí fue muerto de un balazo, hubo varios heridos y más de cincuenta detenidos (entre ellos, el dirigente de la agrupación, quien fue acusado de ser el autor del disparo homicida). No es la primera vez que los grupos de Milagro Sala actúan como fuerza de choque en desalojos de tierras. Lo hicieron en la gran crisis de los asentamientos masivos de hace dos años, junto a los funcionarios del gobierno. Dos colectivos y cuatro autos de alta gama en los que llegó la patota fueron incendiados por los vecinos. Los capos de este grupo paraestatal llevaban 30.000 pesos encima, como para financiar la faena.


La pueblada repelió a los agresores y luego exigió la renuncia del intendente y los concejales, por no intervenir en el conflicto.


¿Por cuenta de quién y en el marco de qué negocio inmobiliario se produjo la ocupación? Esta es la clave para entender lo que pasó. Es que el valor de la tierra en Humahuaca está asociado al negocio del turismo, más aún luego de que la Quebrada fuera declarada Patrimonio de la Humanidad.


La llegada de los okupas oficialistas fue la gota que colmó el vaso, en un pueblo en donde es literalmente imposible acceder a la propiedad de un terreno. Existen 14 asentamientos, lo que demuestra la precariedad en la que viven miles de humahuaqueños y la falta de una política de viviendas.


Los cuatro muertos de hace dos años en Ledesma pusieron al rojo vivo un déficit superior a las 60.000 viviendas a nivel provincial. El plan “Un Lote para cada familia” -presentado como pretendida salida a aquella crisis- ¡no entregó terrenos ni al 3% de los inscriptos!


Los crímenes de Ledesma están impunes y la causa está completamente parada. La lucha por la tierra y vivienda va de la mano de la lucha por justicia para que caigan los responsables políticos, materiales e intelectuales de aquellos crímenes y del asesinato de “Pato” Condori en Humahuaca.


Para Humahuaca y para todos los pueblos, hay que arrancar un plan de expropiación de tierras y urbanización de los asentamientos bajo control de los sin techo.