Juicio por Mariano: El firme testimonio de un luchador ferroviario

El 20 de septiembre declaró Omar Merino, trabajador del ferrocarril Roca y constructor de la agrupación “Causa Ferroviaria Mariano Ferreyra". Testificó durante ocho horas, en las que aportó nuevos datos a la reconstrucción de los hechos y describió la organización y el régimen interno de la Unión Ferroviaria.


El 20 de octubre de 2010, Merino se sumó a la movilización ferroviaria una vez que finalizó su turno laboral en la estación Avellaneda, alrededor de las 13 horas. Según relató, desde temprano los andenes se encontraban repletos de "ferroviarios y no ferroviarios". Pablo Díaz, jefe de la Comisión de Reclamos del Roca, merodeaba los alrededores "haciendo tareas de inteligencia: quiénes iban a cortar las vías, cuántos eran; medía fuerzas". Describió a un hombre corpulento, vestido de chaleco, que iba y venía hablando por handy, al que le escuchó decir "peguen debajo de la cintura". Otros testigos identificaron a esa persona como custodio de Díaz.


Merino se unió a la manifestación cuando ésta estaba desconcentrando. Del lado de Capital vio un grupo de policías y dos patrulleros cortando la calle. Dijo que esos patrulleros cambiaron de posición antes y después de la agresión. En los videos se aprecia que, cuando la patota se lanza a la carrera contra los manifestantes, ambos móviles estaban estacionados a un costado, dejando el paso abierto.


Merino formó parte del cordón humano que trató de proteger la retirada de la columna. Describió a un tirador -una persona alta, robusta, de cabello no muy corto, vestida con ropa de ferroviario- ubicado en el centro de la calle, quien disparó "tres o cuatro veces".


Junto a algunos otros compañeros, corrió a los agresores hasta la posición de los patrulleros de la Comisaria 30ª. Dijo que Ariel Pintos les exhibió a los policías la herida de bala que acababa de recibir en la pierna, pero que éstos hicieron caso omiso a sus denuncias. Merino tomó fotografías con su celular y las aportó al momento de declarar en la fiscalía. Inexplicablemente, esas imágenes no están en la causa.


Merino vio un cartucho de escopeta tirado a mitad de cuadra, cerca del cordón de la vereda, que podría corresponder a una de las armas que hirieron a Nelson Aguirre.


En segundo término, Merino se refirió a la organización gremial del ferrocarril. Los abogados de Pedraza y Fernández se opusieron. Las querellas explicaron que el interés económico y político de la cúpula de la Unión Ferroviaria fue su motivación fundamental a la hora de ordenar el ataque. El tribunal dio lugar al interrogatorio planteado por la parte acusadora.


Merino afirmó que el sindicato monopolizaba el ingreso de personal y que "habían ingresado muchos familiares de los delegados y punteros" para apuntalar a la lista Verde que dirige Pedraza. También señaló que en el ferrocarril rige la lista sábana en vez de la elección de delegados por sector y que, por ese motivo, a pesar de que su agrupación ganó dos veces las elecciones en los talleres ferroviarios de Remedios de Escalada, no tenían representación gremial. Dijo que "la única elección que perdimos fue porque llevaron a votar gente de otros lados, ya que la Verde manipula los padrones".


Sobre las empresas tercerizadas, afirmó que la Cooperativa "Unión del Mercosur" pertenecía a Pedraza. "La contradicción es enorme, porque se supone que el sindicato está para defender los intereses de los trabajadores y la verdad es que los negreaba haciéndolos trabajar bajo otro convenio, con un sueldo menor". En el Roca, trabajaban 4500 obreros en planta permanente y otros 1.500 como tercerizados. Merino fue él mismo un tercerizado, entre 2002 y 2004, en la firma Poliservicios.


Hubo duros cruces entre los abogados defensores y querellantes durante el interrogatorio. Nuevamente la utilización del término "patota" para referirse al grupo agresor despertó airadas protestas de las defensas. "¿Cómo quiere que les diga? ¿Asesinos? Porque para mí son eso, asesinos", se plantó el militante ferroviario. El abogado Freeland fue amonestado verbalmente por el tribunal por hostigar al testigo.


Mientras Merino declaraba, su agrupación vencía la proscripción de la junta electoral monopolizada por el pedracismo y quedaba oficializada la Lista Gris para las próximas elecciones sindicales.