Ni olvido ni perdón

Jujuy: Carlos Blaquier a juicio oral por la noche del “apagón”

Un paso adelante en la lucha contra la impunidad de ayer y hoy.

El último jueves el juzgado federal N° 2 de Jujuy elevó a juicio oral y público a Carlos Blaquier, dueño de Ledesma SAAI y al exadministrador de la empresa, Alberto Lemos, por crímenes de lesa humanidad. Más precisamente por “privación ilegítima de la libertad agravada en 20 hechos”.

El hecho toma una gran relevancia porque el “Caso Blaquier” es una excepción, ya que la clase empresarial argentina, organizadora y partícipe del terrorismo de Estado de la última dictadura militar, en su inmensa mayoría no fue juzgada por sus responsabilidades civiles.

Blaquier y Lemos están acusados de haber facilitado vehículos y combustible, haber dispuesto el apagón del alumbrado público y domiciliario para llevar a cabo las detenciones y por su voluntad manifiesta de colaborar con la dictadura. Varios testigos han declarado que fueron secuestrados por las propias camionetas de la empresa y también se encontraron carpetas con el trabajo de inteligencia que había realizado la patronal de Ledesma años anteriores al golpe. En agosto Blaquier y Lemos también habían sido imputados por la causa “Aredez”, el exintendente de Libertador San Martín, secuestrado también por la última dictadura militar.

Vamos por la prisión efectiva a Blaquier y Lemos

Que Blaquier sea llevado a juicio oral y público es exclusivamente por la enorme lucha de los sobrevivientes y las organizaciones de derechos humanos independientes que siguen exigiendo juicio y castigo para los responsables del apagón de Ledesma, quienes cuentan con la total impunidad y el respaldo del poder político y judicial. Blaquier fue y es socio de todos los gobiernos de los cuales no solo recibe el respaldo judicial, sino también enormes beneficios impositivos en favor de las ganancias de su empresa.

En las próximas semanas los genocidas deberán ser citados al juicio y será fundamental la movilización popular para exigir e imponer la prisión efectiva. La prisión de estos explotadores genocidas será un punto de apoyo para sentar en el banquillo de los acusados a toda la clase capitalista que organizó el último golpe de Estado contra la clase obrera.

Ni olvido ni perdón.