Justicia por Juan Manuel, el Estado es responsable

El reciente asesinato de nuestro compañero Juan Manuel Miranda (docente y estudiante) ha conmovido a toda la comunidad educativa de la Berni y vecinos de San Martín. La inseguridad es un problema que afecta, en primer lugar, a los trabajadores. También en esto, los trabajadores son el sector más vulnerable de la población: no tienen las murallas ni la seguridad privada que los proteja del delito.

Agrupación Punto de Fuga


El reciente asesinato de nuestro compañero Juan Manuel Miranda (docente y estudiante) ha conmovido a toda la comunidad educativa de la Berni y vecinos de San Martín. La inseguridad es un problema que afecta, en primer lugar, a los trabajadores. También en esto, los trabajadores son el sector más vulnerable de la población: no tienen las murallas ni la seguridad privada que los proteja del delito.


En San Martín, el intendente Katopodis, junto al entonces gobernador bonaerense Scioli y el ministro de Seguridad Alejandro Granados, llenaron las calles con la nueva “policía local” destinando un enorme presupuesto a tal fin, que por supuesto se sostiene en base a políticas de ajuste a la clase trabajadora; políticas que hoy el gobierno de Macri-Vidal continúan y profundizan. Pero el asesinato de Juan Manuel, así como tantos otros, demuestra que el aparato represivo desplegado en las calles no ha servido ni servirá para garantizar la seguridad de los vecinos de San Martín. La presencia de gendarmes y policías de todos los colores no ha servido para evitar delitos cuyas víctimas son trabajadores y vecinos, sino muy por el contrario: es el mismo aparato estatal responsable del crimen de Luciano Arruga, la desaparición de Julio López y el asesinato de Mariano Ferreyra. Nos encontramos frente a una profunda descomposición de las fuerzas de seguridad.


El delito en el conurbano bonaerense no podría desarrollarse como lo hace sin cobertura política, policial y judicial. Por eso, ante cada crimen, los vecinos reclaman en las intendencias. Venta de drogas, zonas liberadas, desarmaderos de autos robados y demás rubros se vinculan directamente con la corrupción municipal, con los intendentes y, por supuesto, con la Bonaerense. Porque son ellos, los cómplices, garantes y protagonistas del crimen organizado en todos los órdenes.


Nuestro programa


Por todo esto resulta necesario remarcar que la falta de seguridad cotidiana es uno de los signos más contundentes de la descomposición del Estado capitalista. Entonces, ¿cómo pretender acabar con el delito y con la inseguridad sin atacar al aparato del Estado que lo encubre y protege, y sin atacar al capitalismo, que se nutre como un parásito del negocio de la destrucción física y moral de la juventud y la clase obrera?


Desde nuestra agrupación levantamos un programa en defensa de la población: control de los libros de guardia de las comisarías por asambleas de vecinos; disolución de la podrida policía bonaerense; cárcel a todos los oficiales responsables de organizar el delito; organización de una fuerza de seguridad bajo control de los vecinos y las organizaciones de derechos humanos.


La juventud y los trabajadores tienen por delante la tarea de organizarse en forma independiente del gobierno Macri-Vidal y el municipio K.