Vladimir Guzmán era un joven trabajador de Longchamps, reconocido y querido en su barrio, el pasado fin de semana fue víctima de un robo, pero también de la displicencia y las arbitrariedades policiales. El sábado 19 por la madrugada, Vladimir fue baleado por delincuentes durante el robo a un quiosco en la localidad de en Longchamps. La policía que asistió al lugar del hecho no solo se negó a asistirlo, si no que hasta lo amenazó con llevarlo detenido. Luego de permanecer dos días internado finalmente murió.

Su asesinato puso de manifiesto la problemática de la zona liberada, la complicidad policial con el delito y el abandono estatal que sufren los barrios obreros del conurbano.

El mal accionar de la policía continuó una vez fallecido Vladimir, cuando llegaron a insinuarle a la familia que su deceso había ido a causa de una “gresca”, colocando la culpa sobre la víctima. La rápida reacción de sus parientes y amigos evitó que la causa tomara ese rumbo y se centrara en identificar a los verdaderos responsables de la muerte de Vladimir. La intervención decidida de la familia puso en la mira no solo el accionar de los delincuentes, si no el de la propia policía y del Estado en general, que lejos esta de garantizar la seguridad en los barrios, como declaman las publicidades municipales.

La campaña puesta en pie por el conjunto de la comunidad que conocía a Vladimir hace foco en la zona liberada, en el rol de la policía en los barrios y la suerte que sufren los trabajadores en estos.

La localidad de Longchamps tiene antecedentes inmediatos relacionados a esta problemática, el caso más reciente es el de los jóvenes militantes del Polo Obrero, agredidos impunemente por una patota del PJ local, mientras llevaban adelante una actividad en el marco de la campaña electoral 2021. Otra situación que involucró más directamente a la policía se dio en 2019, cuando un trabajador de La Serenísima fue detenido mientras llevaba adelante una medida de protesta sindical, luego, en la comisaría 4ta sufrió golpes y torturas.

La lucha por Justicia por Vladimir, impulsada por familiares y amigos, no solo busca evitar la impunidad, sino que sirve como base para denunciar la situación que se vive en lo barrios y como la inseguridad golpea principalmente a lo trabajadores, con el amparo policial. Organizar al barrio por todas sus reivindicaciones es la tarea que se desprende para que situaciones como la que sufrió Vladimir no vuelvan a ocurrir.

El viernes 4 de marzo a la 18:00 acompañemos a los familiares en una nueva movilización a la estación de Longchamps exigiendo justicia por Vladimir.