La Alianza contra la juventud

El último fin de semana de mayo, 2000 pibes fueron víctimas de una salvaje represión con palos y balas de la policía cordobesa del radical Mestre.


Los pibes estaban esperando para entrar al recital de los Redonditos de Ricota. En la puerta del recital alrededor de 1000 policías repartieron golpes, dejando varios heridos. Lo que fue una batalla campal sólo terminó cuando se retiró la policía.


Esto no es casual, ni es un hecho aislado. Esta es la política de menemistas y aliancistas de tenernos violados y reprimidos en barrios y recitales.


Esta política ya cobró la vida de cientos y cientos que fueron apaleados en comisarías y cuarteles. Como siempre los enemigos de la juventud tienen a sus voceros que justifican toda esta violencia, aduciendo que la juventud es violenta o que son una manga de forajidos que provocan. ¡Mentira!, son todas idioteces que encubren a los asesinos que deben ser castigados.


La realidad es otra, porque la propia policía como la bonaerense de Duhalde tuvo que ser sometida a una depuración con la reforma policial, donde los elementos ‘más quemados’ fueron barridos porque el narcotráfico y los asesinatos como el de Cabezas son su prontuario.


Esta Reforma es sólo un ‘pacto mafioso’, pues no ha mandado a juicio ni a uno de los ‘quemados’.


Este pacto viene, como dijo ‘el jefe’ de la bonaerense, Arslanian, a imponer “una legislación más represiva”, para ‘penalizar’ al consumidor o al chiquitaje.


La Alianza apoyó la reforma de Duhalde en la Provincia y anunció que en la Capital “el régimen de contravenciones” se hará más represivo. Por eso el cordobés Mestre no hizo más que imponer la política de la Alianza.


Diciendo que enfrenta a la droga y a la violencia, el gobierno usa la ley del garrote.


Con la ‘nueva policía’ se han renovado las razzias y operativos en los barrios obreros, donde son detenidos jóvenes y obreros con la excusa de la droga.


Si el gobierno quisiera acabar con la droga, no penalizaría al consumidor, sino al narcotraficante.


Si el gobierno quisiera terminar con la marginalidad que sufrimos, ofrecería trabajo (no migajas) y educación. Sin embargo, es ahora cuando liquida todos los derechos, a estudiar, a divertirnos, a trabajar.


Nosotros sí vamos a terminar con la violencia y para eso necesitamos nuclearnos y organizarnos poniendo en pie comités de autodefensa en los barrios y colegios.


• Para acabar con la represión policial.


• Por la perpetua a todos los asesinos.