Libertades democráticas
26/11/2014|1342
La borratina de Verbistky
Borró sus propios artículos en los que acusaba a Bergoglio
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Días atrás, Horacio Verbitsky eliminó del sitio web de Página/12 ocho columnas lapidarias contra Jorge Bergoglio, que recogían el resultado de sus investigaciones sobre la complicidad de la Iglesia argentina con la dictadura. Desde esas columnas y varios libros, Verbitsky señaló a Bergoglio por cómplice de los genocidas. Destacó los casos de los curas Orando Yorio y Francisco Jalics, quienes estuvieron en la Esma. Verbistky sostenía que Yorio “denunció a Bergoglio como el responsable de su secuestro y de las torturas que padeció durante cinco meses de 1976”.
Habiendo estallado en las redes sociales esta “autocensura”, el columnista ensayó una explicación infantil: en una breve columna titulada “Fui Yo” (Página/12, 18/11) dijo que personalmente pidió que se quitaran sus notas sobre el otrora cardenal porque “no quería darle información premasticada a la nube de periodistas europeos que cayeron sobre Buenos Aires” y pretendían escribir biografías sobre Bergoglio. El resultado fue el contrario al deseado: a raíz de esta “autocensura”, los archivos se expandieron ahora como reguero por toda la web. Además, de todos modos, las denuncias Verbitsky siguen constando en sus propios libros y, asimismo, los diarios en los que se publicaron aquellos artículos están disponibles en cualquier hemeroteca. Luego, también los periodistas alcahuetes del gobierno -Daniel Tognetti y otros- comenzaron a borrar los tuits en los que habían compartido las notas de Verbitsky. Un naufragio intelectual de las dimensiones del Titanic.
Por la bendición baila el mono
Es obvio que esta borratina general responde al giro vaticano del gobierno, que logró la bendición papal para sus acuerdos con el capital financiero. A cambio, la “Santa Madre” se quedó con reivindicaciones clave del nuevo Código Civil y Comercial.
Podría decirse que quien intimó a Verbitsky a este recule fue Estela de Carlotto. Cuando la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo viajó al Vaticano, le pidió disculpas al Papa por haberlo señalado como cómplice de la dictadura militar de '76/'83. Según sus propias palabras, “simplemente me estaban informando mal desde sectores que yo creía que eran serios”. Todos miraron inmediatamente al presidente del CELS.
Los “nacionales y populares” están dispuestos a todo aquello que esté al alcance de sus manipulaciones. Milani no es un accidente.