El viernes por la madrugada Pablo Pallero, cabo primero de la Policía de Neuquén, ejecutó por la espalda con su arma reglamentaria a Facundo Guiñez, un joven de 29 años.

Facundo corrió un par de cuadras y cayó al suelo. Pallero se acercó hasta él, lo dejó desangrándose y se fue del lugar sin dar aviso ni a la ambulancia ni a la Policía. Volvió a su casa y en horas de la mañana se presentó a trabajar en la Comisaría 22, como si nada hubiera pasado, sin reportar ninguna novedad. Facundo estuvo tirado en la calle por unas cinco horas hasta que finalmente murió.

Inmediatamente se organizó un operativo de encubrimiento. Plantando un estéreo al lado del cuerpo de Facundo, montaron la escena como si se tratara de un robo. La pantomima cayó sin embargo el día lunes, cuando se descartó la hipótesis del robo ya que el estéreo no tenía las huellas digitales del joven. 

Facundo se suma así a la larga lista de pibes que nos arranca el gatillo fácil, en un país donde la policía mata un pibe cada 21 horas. Es la consecuencia de la “doctrina Chocobar” que impulsó Patricia Bullrich, por la cual se justifica y respalda cualquier asesinato realizado por integrantes de las fuerzas de seguridad. Estos son los resultados de la política de represión en los barrios y criminalización de la juventud al servicio de hacer pasar el ajuste. 

Esta práctica estatal sirve a su vez al sostenimiento de los negocios de las mafias del narcotráfico, de las redes de trata y de las grandes bandas de delincuentes que asolan los barrios populares, todos los cuales actúan al amparo de las zonas liberadas. El Estado garantiza el accionar represivo y delictivo de las fuerzas de seguridad.

El miércoles nos movilizaremos junto a la familia y los amigos de Facundo, a las 9 hs. en la Plaza de los Próceres, para marchar hacia Tribunales, donde se realizará la audiencia de revisión de la prisión preventiva de Pallero.

Exigimos juicio y castigo al asesino de Facundo. Reclamamos la investigación y el esclarecimiento de todas las responsabilidades en el operativo de encubrimiento. Basta de gatillo fácil.