Libertades democráticas
4/11/2004|875
La lucha por la libertad de los presos
Cómo encararla
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En el lapso de una semana fueron liberados Raúl Castells y tres de los nueve presos de Caleta Olivia. Al mismo tiempo fue suspendido el juicio contra Hernán Gurián, convertido por la “Justicia” en un “agresor” de los oficiales de la Bonaerense comprometidos con los crímenes del Puente Pueyrredón. Se trata de victorias políticas arrancadas por la movilización popular.
Mientras tanto, un bloque de organizaciones y diputados presentó en el Congreso el proyecto de ley “por la extinción de la acción penal y de la pena”.
El texto del proyecto plantea la extinción de la acción penal y de la pena respecto de cualquier acción de lucha desde el l9 de febrero de 1991 a la fecha de sanción. Elimina, por lo tanto, el concepto de amnistía defendido por otras corrientes (IU y PCR) (ver PO N» 812).
Pero las corrientes que auspician este texto están ausentes de la lucha por las libertades. La CTA, que suscribe este proyecto de ley, no se movilizó en la ciudad de Buenos Aires ni en el Chaco, ni en Caleta Olivia, ni en el Gran Buenos Aires. Otras organizaciones, caso del PS, no aportaron un solo militante a las mismas citas de lucha (sobre IU sus propios militantes tienen el balance).
Así planteadas las cosas, la presentación del proyecto de ley es el envoltorio de una maniobra de propaganda electoral.
Como no parte del concepto de que sólo la acción directa arrancará a los presos de las cárceles plantea un plan de movilizaría nacional -tiene en discusión “una jornada” de apoyo a la iniciativa parlamentaria (aislada) para el 9 de noviembre-, ni llama a huelga (CTA).
El proyecto tampoco sirve para desenmascarar al resto de las bancadas comprometidas con la represión, porque nadie ignora el papel del PJ o loe partidos tradicionales en este punto. A los que hay que desenmascarar es a los pretendidos desenmascaradores.